Venezuela. Un pequeño atisbo de cambios de aceite

por Paolo Menchi

Por primera vez en varios años, el gobierno de EE. UU. ha anunciado que se ha permitido a cuatro empresas nacionales establecer relaciones con la empresa petrolera estatal de Venezuela, PDVSA. Prohibido desde 2018.
Es solo una pequeña apertura y hasta el próximo noviembre, de hecho, una oficina del Departamento del Tesoro de EE. UU. ha permitido que Halliburton, Schlumberger Limited, Baker Hughes Holdings y Weatherford International realicen ciertas operaciones necesarias para mantener las actividades centrales «garantizar la seguridad del personal y proteger las operaciones en curso en Venezuela».
Se permite la participación en asambleas de accionistas, el pago de facturas a terceros, salarios e impuestos locales, en tanto se enfatiza que “se prohíbe la perforación, extracción, procesamiento, compra, venta, transporte o embarque de cualquier petróleo o derivado del petróleo de origen venezolano”. La prohibición de participar en el diseño o La construcción, instalación, reparación o mejora de cualquier pozo u otra estructura o infraestructura en Venezuela, o la compra o suministro de cualquier bien o servicio excepto aquellos necesarios para la seguridad.”
En días pasados, el presidente venezolano Maduro anunció, durante la conferencia anual en la que presenta las condiciones de las cuentas del país, que debido al embargo estadounidense, que comenzó de manera paulatina desde 2015, la industria petrolera en su país perdió $232 mil millones.
Según el presidente venezolano, fue precisamente esta falta de ingresos la que incidió decisivamente en la situación económica y social del país.
Los ingresos más bajos han llevado a una menor financiación para la atención de la salud, la educación y la infraestructura y, en general, han estancado el desarrollo del país hacia una economía libre de petróleo.
Los bajos ingresos ni siquiera permitieron el mantenimiento de las plantas de extracción ahora obsoletas para evitar la continuación de la extracción de petróleo, al punto de convertir a Venezuela en un importador neto de petróleo crudo a pesar de tener las mayores reservas de petróleo del mundo.
Todo este daño se hizo para tratar de favorecer un cambio al frente del país, que Estados Unidos calificó de dictadura, debido a unas elecciones que consideró muy sucias y que llevaron a la reelección de Maduro, seguidas de decisiones restrictivas contra algunos medios asociados a la oposición.
Ahora miramos hacia las elecciones presidenciales de 2024 con los líderes opositores Guaido y Henrique Capriles anunciando su candidatura y también exigiendo garantías de regularidad y control sobre el proceso electoral.

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