Caracas — La selección masculina de rugby de Venezuela se prepara para competir con ambición renovada en los XX Juegos Bolivarianos Ayacucho–Lima 2025, con la expectativa de regresar al podio y consolidar el crecimiento del deporte en el país. Tras el bronce obtenido en la edición anterior en Valledupar 2022, el combinado nacional viaja a Perú con una base sólida de jugadores experimentados y un proceso de entrenamiento reforzado por alianzas internacionales.
Una base de jugadores con experiencia en medallas
El equipo cuenta con siete atletas que ya vivieron la experiencia de subir al podio bolivariano: Adrián Madriz, Samir Abache, Wilkinson Arrieta, José Gastello, Gustavo Carreño, Jefferson Dávila y Asdrúbal Figueroa. Ellos conforman el núcleo que busca repetir la hazaña lograda hace tres años y que ahora llega con un recorrido deportivo más amplio, tanto en el país como en el extranjero.
Esta continuidad en la plantilla es considerada clave por el cuerpo técnico y la Federación Venezolana de Rugby, no solo por su experiencia en torneos de alto nivel, sino también por su capacidad de liderazgo dentro del grupo.
Preparación internacional y apoyo institucional
El presidente de la Federación Venezolana de Rugby, Erickson Bermúdez, aseguró que la preparación para esta edición ha sido más amplia y estructurada, incorporando tecnología, partidos de alto nivel y apoyo institucional directo. “El equipo va a dar el todo por el todo. El equipo está inspirado. Hicimos una base de reparación en Medellín, Colombia. Apoyada por el ministerio del Deporte, donde logramos una alianza con Colombia para disputar partidos preparatorios y hacer análisis con GPS apoyados por la Federación de Rugby de Colombia”, afirmó.
El trabajo en Medellín representó un paso importante para el equipo, permitiendo enfrentar a rivales con mayor ritmo competitivo y utilizar herramientas de análisis físico y táctico que se han vuelto indispensables en el rugby de alto rendimiento.
Jugadores venezolanos con trayectoria en el exterior
La presencia de venezolanos en equipos profesionales fuera del país también contribuye a elevar el nivel de la selección. Asdrúbal Figueroa se desempeña actualmente en Concepción, Chile, donde juega con el club Los Troncos, un equipo tradicional del rugby chileno. Por su parte, Jefferson Dávila y su hermano Jackson Dávila —ambos convocados a la selección— militan en Montevideo, Uruguay, con el Pucaru Stade Gaulois.
Estas experiencias en ligas sudamericanas consolidadas aportan ritmo, disciplina competitiva y exposición a diferentes sistemas de juego, elementos que enriquecen la estructura general del equipo nacional.
Competencia exigente y aspiraciones de podio
Si bien Venezuela llega con una selección madura y técnicamente fortalecida, el entorno competitivo de los Juegos Bolivarianos se mantiene como un desafío relevante. Bermúdez reconoció que las aspiraciones de medalla son realistas, pero estarán influenciadas por la calidad de los países participantes. “Tenemos proyección de lograr medalla. Va a depender también de los equipos invitados. Tenemos equipos invitados fuertes como Chile que, si llevan su equipo de primer nivel, es complicado”, señaló.
Chile, en particular, ha demostrado en los últimos años un crecimiento sostenido en la disciplina, impulsado por estructuras profesionales más sólidas y un calendario competitivo amplio. Su participación con un equipo de primer nivel elevaría significativamente el nivel del torneo.
Una sede moderna para un torneo de alto nivel
El rugby se disputará del 4 al 6 de diciembre en el Complejo Deportivo Andrés Avelino Cáceres de Villa María del Triunfo, una instalación moderna y certificada internacionalmente, construida para los Juegos Panamericanos Lima 2019. El recinto ofrece condiciones óptimas para competencias de rugby, incluyendo canchas profesionales, áreas de calentamiento, servicios médicos especializados y espacios para análisis técnico.
Un nuevo ciclo para el rugby venezolano
Para el rugby venezolano, los XX Juegos Bolivarianos representan una oportunidad para consolidar avances institucionales, atraer inversión deportiva y fortalecer su imagen regional. La mezcla entre jugadores con experiencia internacional, un proceso de preparación riguroso y la motivación de repetir una actuación histórica configura un escenario alentador para el equipo nacional.
Con un plantel inspirado y una estructura técnica enfocada en el rendimiento, Venezuela buscará enfrentar el desafío bolivariano con seriedad competitiva y aspiraciones concretas de nuevamente subir al podio.
