Es un ejemplar único, con detalles inspirados en el mítico Ferrari Testarossa.Abogado Gianni Agnellique está destinado a Un coleccionista rico y misterioso. Su nombre es ultrasecreto, al igual que el precio que pagó por el Pininfarina Targamerica, un superdeportivo eléctrico Battista único en su tipo.
La bola de fuego fue llevada a Semana del automóvil de Monterrey La cual tiene lugar en California y no dejó de llamar la atención de todos. Especialmente aquellos que se preguntan quién es el misterioso propietario: seguramente fuma puros, una de las características únicas de este superdeportivo. También hay una caja de puros completa con humidor. – ¿De quién será la colección con esta maravilla, quizá sin recorrer más que unos pocos kilómetros?
Desde Cambiano, sede de Pininfarina En la provincia de Turín no se habla abiertamente de la identidad ultrasecreta del millonario. Prefieren indicarlo con palabras. Director general Paolo Dellaccia“La entrega del primer vehículo único diseñado por encargo del cliente es un momento histórico para nosotros. Bautista Targamericacomo ningún otro modelo antes, demuestra las infinitas posibilidades que nuestro equipo altamente calificado puede aportar al diseño y la construcción. Nuestros artesanos de fama mundial – como reitera Dellachà – han creado algo verdaderamente especial: El primer superdeportivo eléctrico descapotable diseñado según las especificaciones de clientes muy exigentes«.
Se ha revelado exactamente quién participó en el desarrollo de este automóvil. Gianni Agnelli solicitó detalles únicos para su Ferrari Testarossa Spider de 1986. Desde la pintura Argento Liquido Gloss, detallada con detalles Iconica Blu Gloss, hasta el interior de cuero y el juego de ruedas de cinco radios estilo Ferrari para completar el look.
Gracias por Cuatro motores eléctricos independientes Combinado con una batería de iones de litio de 120 kWh, el Battista Targamerica tiene un rendimiento similar al de la berlinetta. pone a disposición 1900 CV y 2.340 Nm de par, valores que le permiten acelerar de 0 a 100 km/h en menos de dos segundos e impulsarse (sin límites o en pista) hasta una velocidad máxima de más de 300 km/ h. hora.