Del reportero de Washington. Intercambio de prisioneros entre Venezuela y Estados Unidos. El sábado, Caracas liberó a siete estadounidenses, incluidos cinco ejecutivos de compañías petroleras, y Washington respondió enviando a casa a dos excelentes reclusos: los nietos del presidente Nicolás Maduro. Entre los estadounidenses liberados también hay un veterano de la Marina, Matthews Heath. Biden habló con las familias antes de informar el intercambio y describió su detención como «completamente injustificada». Los prisioneros fueron intercambiados, según un funcionario de la administración estadounidense, en un aeropuerto de un tercer país no especificado. Las negociaciones duraron meses y se mantuvieron en completo secreto.
Todos los exprisioneros estadounidenses gozan de bastante buena salud y ya se han ido a casa. Lo mismo es cierto para los venezolanos. Su liberación, según la definición de la Casa Blanca, fue una «decisión dolorosa y difícil», pero el presidente sabía que la medida era necesaria para traer a casa a los siete estadounidenses. Estados Unidos garantizó «clemencia» a los dos sobrinos de Maduro. El gobierno de Maduro dijo que las negociaciones comenzaron en marzo y que los venezolanos estaban «injustamente» en manos de Estados Unidos.
Biden, por su parte, quiso dejar en claro que la posición y la política de EE.UU. hacia Venezuela -que también sigue bajo las sanciones de EE.UU. con respecto a las exportaciones de petróleo- no está cambiando. La administración demócrata ha mantenido el régimen de sanciones introducido por Trump. Biden dijo que solo consideraría aliviar las medidas coercitivas cuando Maduro regrese a las negociaciones con la oposición que han estado suspendidas desde el año pasado.
Los cinco estadounidenses trabajan para Citgo y están detenidos en Venezuela desde 2017. Los otros dos son los marines Matthew Heath y Osman Khan, de Florida, que fueron secuestrados en enero pasado. En cambio, Estados Unidos devolvió a los venezolanos a dos nietos de la primera dama, Celia Flores: Frankie Flores y Efraín Antonio Campo Flores. Fueron condenados en 2016 en los Estados Unidos bajo sospecha de intentar cerrar un trato multimillonario para contrabandear cocaína, y fueron sentenciados a 18 años de prisión en 2018.
La liberación de los dos venezolanos destacará la historia de Britney Grenier y Paul Whelan, estadounidenses detenidos en Rusia y cuyos Estados Unidos ha propuesto un intercambio de prisioneros con Moscú.
Ayer también terminó el encarcelamiento del iraní Siamak Namazi, de 50 años, en Irán. Es hijo de un exdiplomático de alto rango de la ONU, Baqer Namazi, de 85 años, quien también fue arrestado en Irán después de que fuera al país en 2016 para tratar de asegurar la liberación de su hijo. Ahora el hombre podrá salir de Teherán (está bajo arresto domiciliario desde 2018) y podrá «recibir tratamiento médico incluso en el extranjero». El hijo fue puesto en libertad.