El fútbol sala venezolano se prepara para afrontar uno de sus compromisos más importantes del ciclo deportivo: los XX Juegos Bolivarianos Ayacucho-Lima 2025. Como uno de los siete deportes de conjunto inscritos por el país, la disciplina llega con expectativas altas y con la convicción de que esta edición puede marcar el tan esperado debut en el podio bolivariano. La selección masculina adulta, que atraviesa un momento favorable, asumirá el torneo con un plantel joven, competitivo y respaldado por resultados recientes alentadores.
De acuerdo con información de Prensa Comité Olímpico Venezolano, Venezuela participará con 12 atletas en su sexta intervención dentro del programa del futsal bolivariano, después de su incorporación inicial en Sucre 2009. Pese a la regularidad con la que el país ha competido en esta disciplina, las medallas han sido esquivas: en tres de las cinco ediciones anteriores, el combinado criollo terminó en la cuarta posición de la tabla general, quedando a un paso del podio.
Talento emergente y resultados que impulsan el optimismo
Aunque la categoría adulta no ha logrado todavía subir al podio, el futsal venezolano llega con un impulso significativo tras obtener la medalla de oro en los I Juegos Bolivarianos de la Juventud Sucre 2024. Este logro, protagonizado por nuevas generaciones de jugadores, alimenta la expectativa de que la renovación interna pueda reflejarse ahora en un escenario de mayor exigencia como Ayacucho-Lima 2025.
La conducción técnica del equipo recaerá en el entrenador Luis Matheus, reconocido por su trayectoria en clubes nacionales y su rol como director de la selección sub-17. Matheus contará con un grupo que combina juventud, velocidad y experiencia reciente, especialmente tras la destacada actuación venezolana en la Conmebol Liga Evolución Futsal – Zona Norte, torneo en el que el país logró el subcampeonato tanto en la categoría adulta como en la sub-20.
Un plantel renovado con experiencia estratégica
La convocatoria oficial incluye a Manuel Fernández (P), Keiver Ortiz (P), Wilson Francia, Anyer Maldonado, Gabriel Castillo, David Rojas, Enyerver Viloria, Eiver Blanco, Javier Villanueva, Eliecer Campos, Ricxon Arguello y Somar Montero. Entre ellos, jugadores como Eiver Blanco, Enyerver Viloria, Ricxon Arguello y Wilson Francia llegan con credenciales reforzadas tras el subcampeonato regional cosechado en la Liga Evolución.
Uno de los nombres clave de este ciclo competitivo es Francia, quien destaca no solo por su rendimiento esportivo reciente, sino también por su trayectoria. Es el único integrante del grupo actual que formó parte de las delegaciones que compitieron en Santa Marta 2017 y Valledupar 2022, lo que lo posiciona como la pieza más experimentada del conjunto.
Durante la preparación del equipo, Francia expresó su emoción por regresar por tercera vez al escenario bolivariano. “Bueno, para mí estos son los terceros Juegos Bolivarianos y que emoción que puedo asistir”, afirmó. Además, resaltó la ambición colectiva que acompaña al equipo en esta edición: “Nosotros tenemos la ilusión de conseguir la medalla de oro. Creo que tenemos un equipo bastante joven y con bastantes ganas de querer hacer las cosas bien y creo que para nosotros sería un gran privilegio conseguirlo”.
Un escenario exigente y una oportunidad estratégica
El futsal en los Juegos Bolivarianos Ayacucho-Lima 2025 se llevará a cabo en el Club Metropolitano Cahuide, ubicado en Lima, entre el 29 de noviembre y el 3 de diciembre. Este recinto servirá como punto de evaluación para medir la consolidación del proyecto venezolano, que combina la energía de nuevas figuras con la estrategia aportada por un cuerpo técnico experimentado.
En términos de competitividad regional, Venezuela llega con argumentos sólidos. El ritmo internacional ganado en torneos recientes, junto al fortalecimiento de sus categorías menores, sugiere un avance progresivo que podría traducirse en una participación histórica. Sin embargo, alcanzar el podio implicará superar rivales con programas de alto rendimiento igualmente fortalecidos, lo que convierte cada partido en un reto táctico y emocional.
Una oportunidad para marcar un nuevo capítulo
Ayacucho-Lima 2025 representa mucho más que otro torneo para el futsal venezolano. Es una oportunidad para capitalizar el crecimiento alcanzado en los últimos años, medir el desempeño de su nueva generación de talentos y, finalmente, romper la barrera histórica que ha impedido subir al podio en esta disciplina. Con juventud, ambición y resultados recientes que respaldan la misión, la selección venezolana llega con razones sólidas para soñar con un desenlace diferente en esta edición bolivariana.
