Cabe hacer una introducción: cada vez que un grafólogo se ocupa de un escrito o firma de una personalidad política, del espectáculo o notoria, siempre debe tener cuidado de no utilizar términos que puedan afectar la dignidad de la persona. Considere firmar Blanca Balti (haga clic aquí) El primer elemento que salta a la vista de inmediato es la energía viva que le da un gran deseo de hacer, de ser protagonista y tratar de enfocarse en sus habilidades innatas y adquiridas.
Parece poseer ese sentido estético que la impulsa a amar y admirar la belleza, incluida su propia persona, con la que se siente bien y por lo tanto también agrada a los demás. El sentido estético y por qué no hay un narcisismo particular se puede encontrar en la forma personal de anudar elegantemente la «b» inicial y en escribir la última letra «a» abriéndose hacia arriba para recordar un símbolo con la boca abierta como recordatorio del deseo. saciar el hambre y la sed: naturalmente, no sólo la sed física sino sobre todo la sed apasionada y el hambre difícil de saciar. Los gráficos de Balti, con esa onda final que se extiende hacia abajo, se refieren a momentos pasados de melancolía e insatisfacción que la llevaron a buscar satisfacción social y trabajo continuo. Se suponía que debían complacerla y satisfacerla. sentimiento narcisistaque la trajo a escena, pero eso no parece haber sucedido todavía, al menos internamente.
La primera letra de la firma «b» es larga y está bien representada para indicar que está buscando una. Su padre, permitiéndole convertirse en dueña absoluta de sí misma, con identidad propia especialmente en el mundo del espectáculo. Es aquí donde buscará por todos los medios y tal vez encuentre ese éxito y esa venganza como reacción al descontento que el mundo masculino le haya podido causar. Por tanto, la búsqueda de su identidad social y cultural es un desafío para Balti, hacia un mundo masculino que quiere controlar o en todo caso quiere ser protagonista, explotando además la buena energía vital que posee. Sin embargo, debe prestar atención al hecho de que para ser el protagonista, es necesario lidiar con el mundo de las emociones donde es fácil derrochar energía, especialmente en un mundo como el de los medios.