Existía una red de sudamericanos involucrados en la compra y venta de documentos para convertirse en ciudadanos italianos. Tras la investigación de El Tiempo sobre el caso Passaportopoli, que reveló una serie de prácticas ilegales respecto de las ciudadanías otorgadas por ascendencia en el Consulado de Italia en Caracas, Correa ahora también profundiza en los protocolos bautismales requeridos para el reconocimiento del jus sanguinis. Entre estos certificados se encontraban los de 23 nuevos italianos, que fueron objeto del escrutinio de los investigadores y sometidos a la inspección de Farnesina, tras una denuncia presentada por el diputado de los Fratelli d’Italia, Andrea Di Giuseppe, sobre supuestas irregularidades en Caracas, donde La Oficina de Servicios Demográficos (Registro, Estado Civil y Nacionalidad) del Consulado recibió el pasado 15 de marzo los pasaportes de toda una familia de un empresario libanés-venezolano, vinculado al régimen de Nicolás Maduro y cercano al Islam político, al punto que su visa de los Estados Unidos fue posteriormente cancelada. El empresario había acreditado, junto a ocho de sus familiares, que descendía de un antepasado italiano, Giuseppe Panfilio Miliani, nacido el 1 de junio de 1850 en Poggio di Marciana y partiendo hacia Caracas, donde se casó con una venezolana. Y de ahí un extraño linaje: el primer hijo varón seguido de una serie de crías femeninas, que perdieron rastro del apellido.
Los documentos de la familia polaca contienen documentos para la reconstrucción del árbol genealógico, que parte del supuesto antepasado y que, según la hipótesis de la investigación, sería fruto de la sustracción de la identidad de un hombre nacido en el medio. del siglo XIX. O, alternativamente, vender documentos que darían vueltas extrañas dentro de los consulados italianos en el extranjero. Entre ellos se encuentra también el certificado de bautismo expedido por la Curia Episcopal de Massa Marittima. El periódico Il Tempo obtuvo el documento, que fue publicado como extracto el 20 de noviembre de 2023 por el asesor del obispo, Giovanni Malbello. “De las comprobaciones se desprende que la partida de bautismo corresponde efectivamente al número de protocolo con el nombre de la persona y datos personales correctos – explicó el doctor Malpelo – pero la solicitante no es venezolana, sino una chilena que ha declarado ser la gran -nieta del abuelo y necesita partida de bautismo para reconocer la ciudadanía por descendencia”, agregó la asesora, además que “la señora no quiso enviar el documento original, sino sólo la copia en PDF, circunstancia preocupante, que abriría perfiles más amplios. y no excluiría la circunstancia de que los mismos antepasados pudieran aparecer en múltiples expedientes de los consulados de Chile, Venezuela, Bolivia y Argentina, gracias a lo cual sería posible restituirlos”.
El diputado Di Giuseppe, quien abrió la caja de Pandora, dijo: «Después de mi denuncia en enero sobre visas a Venezuela y la investigación realizada por el diario El Tiempo, aparecieron cartas y llamadas telefónicas con contenido peligroso por lo que fue necesario presentar una denuncia para verificar los hechos.» Él amenazó. “Es una situación delicada, y según estos mensajes, incluirá a personas que tienen roles de cierta importancia y responsabilidad. “Lo que está pasando en Sudamérica es grave y agradezco a Farnesina, quien tomó medidas inmediatas para investigar lo que informé”.