“Demostramos, con moral y dignidad, que Venezuela no es ni será nunca colonia de ningún imperio. ¡Hemos dejado la Organización de los Estados Americanos y no volveremos a unirnos a ella! El presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, había comentado con estas palabras la salida de su país de la Organización de los Estados Americanos, el sábado 27 de abril de 2019, en medio de una multitudinaria manifestación en Caracas, celebrando la salida del Gobierno Bolivariano. República de Venezuela. El «ministerio colonial» histórico e indigno de un imperio norteamericano.
En esta ocasión, el Presidente se retractó de las medidas injerencistas adoptadas por Estados Unidos, calificando de vergonzoso que la OEA ni siquiera emitiera un comunicado el 9 de marzo de 2015, cuando el entonces Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quiso presentar Venezuela y su revolución como amenaza regional.
Fue entonces cuando Venezuela inició oficialmente su “retirada definitiva de la llamada Organización de Estados Americanos”.
Según el estatuto de la organización, cualquier Estado miembro que denuncie la Carta, documento fundacional de la Organización de los Estados Americanos, puede retirarse después de dos años de solicitud.
El presidente Maduro había ordenado, el 27 de abril de 2017, la salida de Venezuela de este organismo, luego de reiterados intentos de intervención de este organismo y de su secretario general Luis Almagro (en la caricatura, contra el pueblo de Bolívar. Cómo supo, Almagro dijo que no descartó el uso de la fuerza para «derrocar» al gobierno de Nicolás Maduro, al que el ministro de la OEA calificó de «dictadura» y al que dijo «responsable de la grave crisis económica, humanitaria y migratoria del país».
En una carta dirigida al secretario de la organización, el presidente Maduro destacó entonces las dos acciones que, bajo la dirección de Almagro, constituyeron “un hito en la larga historia de crímenes y fechorías de la OEA”: primero, la sesión extraordinaria del Consejo de Seguridad. ; 3 de abril de 2017, con la participación de un grupo minoritario, con un consejo permanente de facto, que viola la institucionalización de la organización, con el objetivo de imponer decisiones ilícitas para actuar contra Venezuela. La segunda, una sesión extraordinaria del Consejo Permanente el 26 de abril de ese año, que desconoció la voluntad del país.
El presidente Maduro dijo que tales posiciones simulan la persecución orquestada por la organización contra Cuba, “utilizando el mismo mecanismo de convocar a una reunión consultiva de cancilleres en 1962, lo que llevó a su exclusión de la Organización de Estados Americanos”.
Así, el Jefe de Estado validó el proceso de retiro de la OSA con una carta de queja a la organización, cuyo trámite fijó un plazo de 24 meses para su conclusión oficial que finalizó el sábado 27 de abril de 2019.
«Con una decisión independiente de Venezuela, como lo hizo el 27 de abril de 2017, Venezuela ciertamente saldrá de la OEA y dejaremos ese cuerpo inútil. Y el 27 de abril de 2019 lo declaro feriado para el pueblo venezolano, que celebraremos nuestra libertad, que nos hemos liberado de la OEA”, dijo el presidente Maduro en ese momento.
Luego de cumplir una serie de requisitos durante dos años, Venezuela finalmente fue liberada de la Organización de Estados Americanos.
La OEA surgió como una organización hemisférica en la llamada Conferencia Internacional Americana en Bogotá, Colombia, en 1948, precisamente durante la violenta manifestación histórica del Bogotázo, con el pueblo colombiano enojado protestando por el cobarde asesinato del líder popular Jorge Elicer. Gitán.
La supuesta función de la Organización de los Estados Americanos será el mecanismo de unión de los países del hemisferio. Su verdadero negocio es el de un títere al servicio de Washington. Estados Unidos para los estadounidenses es la única fe a la que responde.
“La OEA es el Ministerio de las Colonias yanquis”, fue la frase del entonces Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Raúl Roa, cuando delineó el propósito de esta organización en la década de 1960. Roa es recordado como Canciller de la Dignidad cuando decidió «expulsar» a Cuba de la organización en 1962. Dos años antes, en 1960, el propio Roa anunció que Cuba se retiraría de ese ministerio imperial. «Me iré con mi gente, así como la gente de América se va con mi gente».
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