Profundamente dividida internamente y menos capaz de galvanizar el consenso de las masas, la oposición venezolana corre el riesgo de convertirse en un actor irrelevante en las negociaciones en curso para salir de la crisis política. Negociaciones cuyo éxito parece depender más de la calidad del diálogo entre un gobierno Nicolás Maduro Y Estados Unidos, explicó el politólogo de la agencia «Agenzia Nova». ricardo rios, Presidente de Poder y Estrategia. Entre Washington y Caracas «hay un vínculo directo porque la oposición ya no es un factor relevante en el escenario nacional e internacional», señaló el analista en vísperas del encuentro internacional que pretende organizar el presidente colombiano, Gustavo Petro. Bogotá para dar nuevas respuestas a la crisis. Hay que considerar que el frente antigubernamental está «bastante diferenciado» internamente, advierte Ríos: «Existe una oposición que llamamos ‘consular’, cuya principal fortaleza ha sido el apoyo de la comunidad internacional y sobre todo del Ministerio de la Estado de los Estados Unidos».
Hablamos del llamado «G4», el grupo de partidos con las más antiguas tradiciones opositoras, que durante mucho tiempo se apoyó en el trabajo del líder de la oposición, Juan Guaidó. “El frente, que todavía tiene conexiones importantes, pero ha perdido adeptos en la arena, no tiene detrás un movimiento popular como en 2019”, sobre todo por el “fracaso” del proyecto de derrocamiento de Maduro. Luego está la Alianza Democrática, que es un grupo de fuerzas minoritarias con posiciones «totalmente opuestas» a las del Grupo de los Cuatro, «abiertas al entendimiento con el gobierno, y cuya retórica a veces se confunde con la del poder ejecutivo». La oposición, integrada por ex «Chávez» que se alejan paulatinamente del poder, pero cuyo peso electoral es muy reducido, va cerrando el círculo. Ríos enfatizó que tres fuerzas «tienen agendas distintas que, aunque unificadas, no tienen un peso político significativo en la política venezolana». Y esta es la principal razón por la que “en la última mesa celebrada en la Ciudad de México”, en presencia de representantes del gobierno, disidentes y garantes internacionales, “no se avanzó mucho”.
“Parece que el diálogo directo entre Maduro y Estados Unidos está dando sus frutos”, dijo el analista, quien se refirió a la liberación de empleados de Citgo, la filial estadounidense de PDVSA, integrantes de la supuesta familia “narcosobrinos”. Integrantes del presidente venezolano, o «licencias que restablecen márgenes operativos para la empresa energética Chevron». La oposición en su conjunto, explica el politólogo, citando los últimos sondeos de opinión de los que dispone, no reúne «más del 30 por ciento de aprobación de los votantes». El sustantivo que es seguido por el mayor es sustantivo María Corina Machado -el líder histórico de la oposición, entre los partidarios más convencidos del fin de cualquier diálogo con el gobierno- en una «liga artística» con Benjamín Rossio, el actor y empresario que podría aspirar a postularse.
«Fuera está Henrique Capriles, el excandidato presidencial y hasta el mismo Guaidó. Quien está sufriendo por el fin del ‘gobierno interino’ que se formó en enero de 2019», dijo Ríos, quien según la «versión oficial», el El final de la experiencia de Guede está “de algún modo ligado precisamente al diálogo entre Maduro y la Casa Blanca. Parece que el Departamento de Estado ha dejado de apostar por Guaidó. En Bogotá, mañana «podría identificarse al menos un candidato alternativo para las elecciones presidenciales de 2024, ya sea a través de primarias u otros mecanismos de consenso». En cuanto a las sanciones, que planteó Petro de cara a las próximas designaciones, son «el principal elemento negociador que obliga al Gobierno a sentarse en una mesa». Washington ha dejado claro que puede «flexibilizar los procedimientos, siempre que se desarrolle un programa de democratización en el país».
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