“Estoy muy feliz y orgulloso de este premio, porque vuelvo al Festival de Cine de Venecia, donde ya he estado muchas veces más. Tengo una larga historia con el festival, tengo muchos buenos recuerdos. Sigo aquí y es un éxito, porque todavía quiero trabajar en el cine, mi hijo y nuestro mundo». Así ha recibido la actriz francesa Catherine Deneuve, ataviada con un vestido largo de un rojo vivo, el león de oro por el cumplimiento de una vida que le ha otorgado esta tarde el presidente de la Bienal de Venecia, Roberto Secoto, en la Sala Grande del Palazzo del Cine en Ville. Lido durante la ceremonia de apertura de la 79ª edición.
El motivo del premio se formuló con un homenaje leído por el director y guionista francés Arnaud Desplechin. «Querida Catherine, vine al Festival de Cine de Venecia de 1964 fuera de concurso, con Les Parapluies de Cherbourg. Y fue una revolución. Incluso los niños lo saben: es una revolución, nuestra ciencia, la misma ciencia que Marilyn. Ella se ha convertido consciente de si misma y no hay nada mas hermoso que ella. Este Self-opening es admirable. Con Demi llorando, aun la veo en el escenario. Esa estacion, ayer, hoy.. Nunca dejo de emocionarse. Loco. Y sobre todo Quiero compartir su amor por el cine. Cine único, irreductible…».
«No conozco a ninguna mujer ni a ningún hombre que ame el cine con mucha pasión. Ella es mi heroína, mi héroe – dijo Arnaud Desplechin – Una vez escribí que ella, Catherine Deneuve, es una de las cineastas más importantes que conozco. Por sus papeles , se inventó toda una obra. Cada una de sus películas estaba firmada por ella, con un rasgo seguro que quiero llamar esta noche: Modernismo. Truffaut o Stendhal, que tanto amaba a Italia. Stendhal se llevaría su camello cuando tuvieron la desgracia de doce pies de altura. Odiaba la Academia. Stendhal prefería la vida. Además de Truffaut, ella eligió la vida y creó el cine en prosa. De la prosa moderna. Todo el cine se nutrió del estilo Deneuve, a velocidad de ametralladora y dormía como un sueño. ¿Exagero? En 1967 La Bella di Giorno de Buñuel se presentó en Venecia y el mundo no pudo comprender La dulzura del parecido y el escándalo. Tiene un gusto, sí, un gusto por la inconfundible, impura sal de la vida nada más aparecer en pantalla. Es su firma. El cine y la vida nunca es tan bello como impuro. El amor a la novela está presente en todas sus películas. Con Téchiné, Wargnier o Bercot, consiguió reinventar el cine de la novela, pero no Sé cómo hacer una lista de películas. Quiero estar aquí esta noche en Venecia, donde se entregará el León de Oro. Quiero recordar la Kore Eda, Le Vent de la Nuit, o la Place Vendôme que ya ha sido coronada. Catherine, esta noche quiero decirte que conozco a un artista tan orgulloso y libre como tú. Es Bob Dylan. Fue galardonado con el Premio Nobel, el León de Oro. Señora, ha hecho de mi vida una magia. Su libertad es lo que quiero. En nombre de todos los espectadores, gracias».