En Brasil, que quedó eliminado del Mundial de 1982 por un hat-trick a la Italia de Paolo Rossi, luego campeona del mundo, hubo héroes como Zico, Falcao, Sócrates, Junior, Eder… y Sergiño, un delantero de 1,94 metros. Ahora, a sus 69 años, vuelve a ser protagonista, esta vez en la actualidad judicial: es detenido en una estación de servicio de Santos, y es reconocido por un policía que recuerda sus cargos criminales. A su nombre se giró orden de aprehensión por incumplimiento de pago de pensión alimenticia, cargo que cuesta prisión en Brasil, como le ocurrió a Romario.
Otros problemas
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El período oscuro de Serginho continúa, ya que a finales de agosto perdió su casa -un apartamento en São Paulo- para cubrir gastos impagos del apartamento que ascendían a unos 140.000 euros. La propiedad fue puesta a subasta y en la decisión judicial, que fue publicada en sitios brasileños, se escribió que el ex mediocampista Verde y Oro no había pagado gastos desde 1996. Serginho se defendió explicando que ya no vivía en el casa. Propiedad desde 1994 cuando se separó de su esposa, quien se quedó en casa.
Ataques
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Ya como jugador, Serginho ha sido protagonista de diversos goles y episodios polémicos. En 1978, cuando vestía la camiseta del San Paolo, fue sancionado con 14 meses de suspensión, que luego se redujeron a 11, por haber dado una patada a un juez de línea. Pese a todo, sigue siendo el mejor goleador de la historia del Paulista con 242 goles en 399 partidos. Después de haber jugado en otros grandes clubes, también fue entrenador, pero su carrera se vio truncada en 1994 cuando agredió a un periodista durante una entrevista posterior al partido, lo que provocó su despido por parte del Santos. Luego, el club lo devolvió al cuerpo técnico y a partir de 2022 lo incluyó en el grupo de viejas glorias que representan al Santos en eventos y partidos.
