La empresa todavía está en el medio. L ‘Enterrar La tocó y acarició, y al final se tuvo que conformar con un 3-3 en el Camp Nou que aún perdura. Y después de que el Barcelona tenga más control sobre su propio destino: el Grupo C de la Champions League, al menos en el papel, está casi decidido. Al día siguiente, los nerazzurri recibirán al Viktoria Plzen en San Siro, a las 18.45 horas: con su victoria, ni siquiera tendrán que ver al Barcelona y al Bayern de Múnich por la noche. Efectivamente, podrá permitirse el lujo de seguirlo animando a los culés, porque llegados a ese punto los billetes ya hechos para la última semana de la fase de grupos se convertirán en algo más que los de un agradable viaje a Baviera antes de tiempo. Noviembre.
El único peligro es el drama psicológico. Y no es algo que los hinchas del Inter manejen fácilmente. Si hay una nación que sabe cómo suicidarse en el fútbol en el mejor de los casos, esa es Italia. Y si hay un equipo en Italia que lo ha hecho mejor que todos los demás en la tarea, ese es el Inter. El no vencer a los checos -por pequeño que sea- en el Meazza convertiría la desfigurada conquista del Camp Nou en una terrible burla, y las sonrisas de hoy en caras alargadas de mañana. Sin olvidar lamentar que sólo rozó el 4-3, lo que habría convertido la velada catalana en una epopeya puramente futbolística.
Nadie toca mis orígenes. Aquí, ese 4-3 que se queda en los sueños del Inter y Simone Inzaghi, algo de responsabilidad Christian Aslani ¿Lo consiguió? Es un dato objetivo con el que tendrá que lidiar el joven y talentoso director de 2002, que prácticamente lloró con el pitido final. Pero este será su trabajo. La mejor medicina que podría aplicarle Inzaghi, que evidentemente sabe la mejor forma de gestionar su grupo, es conseguir que juegue de novato con el Salernitana. No es solo un refuerzo de confianza. Independientemente de esto, si hay un jugador que el Inter, desde jugadores hasta aficionados, tiene que ganarse, es el ex Empoli. Que, por cierto, fue fundamental en los momentos 3-2, y así lo hizo de todos modos. Echarle una cruz no ayudará a nadie, y menos a todo Inter que necesita de su juventud (por cierto, la entrada de Bellanova no está nada mal) y de su calidad. Un joven que lo defiende, inmediatamente se quita el peso de lo que puede salir mal y que no debe afectar el proceso de crecimiento. ¿La mejor ayuda de los camaradas? Tome un bocado de Plzen, y nadie recordará esa pelota que no se le dio a Mkhitaryan.