Los próximos meses van a ser muy duros desde el punto de vista energético y económico. La factura de la energía (ya sea de gas, electricidad o luz) subirá exponencialmente y por tanto nos veremos en la necesidad de racionar su uso diario para no incurrir en gastos muy elevados e insostenibles en términos energéticos.
Hoy sugerimos algunos consejos y trucos para ahorrar la mayor cantidad posible de facturas de energía de una manera inteligente y consciente. De hecho, decenas de movimientos son suficientes para ahorrar hasta un 20% en la factura de la luzA veces, de hecho, incluso los ajustes más simples, que ni siquiera notamos en la vida cotidiana, pueden traer consigo ahorros significativos,
Uno de los dispositivos que más consumen en el día a día es sin duda refrigeradorque por su finalidad (refrescar todos los alimentos que compramos) necesariamente debe conservarse de forma permanente, a lo largo del día, para evitar que los alimentos se echen a perder.
La primera precaución a la que te aconsejamos prestar atención es tener en cuenta la clase de eficiencia energética: es uno de los dispositivos más utilizados y de mayor consumo energético, Es importante que sea de clase energética A+. De hecho, un frigorífico equipado con esta clase permite ahorrar hasta un 60% de energía frente a aparatos con clases energéticas inferiores.
En el caso de que tengas un frigorífico antiguo en casa, nuestro consejo es Reemplácelo con un dispositivo fabricado recientementelo que se traduce en una reducción significativa del consumo de energía.
Consumo frigorífico
De hecho, el frigorífico actual de clase energética A++ consume de 128 a 205 kWh/año, frente a los frigoríficos correspondientes de los años 90, que alcanzaban un pico de 500 kWh/año. La clase energética alta garantiza un ahorro de hasta 100€ al año en nuestra factura energética.
Otro criterio a tener en cuenta a la hora de comprar un frigorífico nuevo es también elegir el tamaño adecuado: de hecho, no tiene sentido comprar un frigorífico grande si la unidad familiar consta de pocos elementos, ya que un electrodoméstico grande requerirá más tiempo de refrigeración. tiempo, aumentando así el consumo de energía y los costes de facturación.
La ubicación del refrigerador dentro de la casa también es importante: de hecho, debe colocarse lejos de fuentes de calor (como una estufa de cocina, un radiador, un horno eléctrico), ya que el calor que genera aumentará el consumo de energía para enfriar adecuadamente el refrigerador en sí. Estas pequeñas precauciones, aunque aparentemente triviales, pueden conducir a una reducción del 10% en el consumo de energía.