A medida que aumentan los precios del alquiler, aumenta la carga sobre los ingresos de los empleados: hasta un 46% en las capitales

Salarios de alquiler de lastre. Entre 2018 y 2023, el peso medio del alquiler sobre los ingresos de los asalariados en las capitales de provincia aumentó del 31,6% al 35,2%. Supera el 40% en seis ciudades, desde Florencia (46,5%) hasta Bolonia (40,2%). Los datos se refieren a los nuevos contratos gratuitos registrados cada año en Hacienda. Las tarifas pactadas de los canales también están al alza, pasando su peso sobre los ingresos del 27,5 al 29% en los últimos cinco años, con 15 capitalizaciones superiores al 30%.

Son cifras que muestran la magnitud de las dificultades de las que se quejan inquilinos y empresas. “No se puede creer que el alquiler supere el 25-30% del salario que reciben los jóvenes”, declaró en los últimos días el presidente de la Federación de Industrias, Emanuele Orsini, al relanzar la propuesta del “Plan de Vivienda” en Economía. Festival en Italia. Trento. Un plan para proporcionar viviendas asequibles a los trabajadores.

Inflación y cupón seco

Al comparar los datos del Omi (Observatorio del Mercado Inmobiliario) con las estadísticas fiscales del Ministerio de Finanzas, se muestra que desde 2018, la presión de los alquileres gratuitos sobre los salarios de los residentes ha aumentado una media del 3,6 por ciento. Con picos en Vicenza (+8,5%), Bolonia y Milán (ambos 6,3%). En la capital, Lombardía, donde la tasa media de infección es del 37,4%, los nuevos inquilinos tienen que afrontar los precios más altos: 1.122 euros al mes, 267 euros más que en 2018. Le siguen 967 euros en Florencia y 947 euros en Roma.

Es interesante ver cómo las tarifas señaladas al IRS se han movido en comparación con la inflación. En 2018, el salario medio mensual en las capitales era de 615 €; El año pasado fueron 731 euros. Si el incremento hubiera sido similar a la inflación registrada por el instituto a nivel nacional, la última cantidad se habría detenido en 715 euros. En resumen, los nuevos alquileres aumentaron más que el índice general de precios (que también incluye el impacto del aumento de los precios de la energía). Esto también se debe a la carrera por los alquileres a corto plazo y al repunte de la demanda por parte de los estudiantes universitarios en la era post-Covid.

Los inquilinos con propietarios que eligieron la tasa de impuesto seco salieron ilesos de esta ronda de aumentos de tasas, porque la aplicación impuesto fijo Suspende la posibilidad de actualizar el alquiler por inflación. Según los últimos datos disponibles, el número de contribuyentes que optaron por el tipo impositivo es de 2,79 millones, frente a los 3,65 millones de viviendas alquiladas por personas físicas. En resumen, el impuesto fijo –a menudo acusado de ser demasiado caro para el erario público– parece haber ofrecido a muchos inquilinos una protección inesperada después de años de inflación cercana a cero.

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