El serbio causó daños a Frosinone, Atalanta y Salernitana. Después de tres meses de oscuridad, ahora puede convertirse en un recurso
Luka Jovic ha aceptado su destino. Le llevó algo de tiempo -que se tradujo en una fuerte reprimenda, tres meses de oscuridad y una pereza que siempre le limitó-, pero al final el serbio se redescubrió como una persona resolutiva. Primero el Frosinone, goles y asistencias, y ahora el Salernitana: un potente zurdazo al córner supuso el empate en el último minuto. En el medio también está el tercer tropiezo en el torneo contra el Atalanta, que no es esencial para el resultado pero sí útil como tarjeta de presentación.
Nuevo nacimiento
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Jovic «en llamas» es una excelente noticia para Pioli, que le ha provocado en varias ocasiones en los últimos meses. Y añadió: «Luca tiene calidad y talento, pero debe aprovechar el concepto de fuerza». La chispa se apagó una tarde de otoño en Milanello, en los días previos al partido de Liga de Campeones contra el Borussia Dortmund. Dejando a su perezoso en su bolso, el serbio aplastó a su perezoso con sus tacos y salió al campo con otros ojos, hambriento, vivo y dispuesto a revertir una situación desfavorable. Contra los alemanes, en quince minutos, estrelló el palo y luego fue titular con la Fiorentina. Pequeños signos de despertar, pastillas de tal severidad de las que tanto se ha hablado. Después de su primera titularidad en el Frosinone, nunca paró: marcó el tercer gol consecutivo en Arece en los últimos tres partidos (en Monza permaneció en el banquillo). Sí, Jovic renace. Esto puede cambiar el escenario del mercado. Dar propina no es una prioridad, especialmente si Luca sigue ofreciéndola. El resultado está totalmente a su favor: tres goles en 429 minutos.
Luka y Zlatan
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Jovic marcó ante la mirada de su ídolo. Ibrahimovic vistió por primera vez la chaqueta de canciller. Vio el partido junto a Forlani y se quejaba de los goles que había marcado su demonio, pero debía estar feliz por el niño que creció con su chico del cartel. Luka nació en Bosnia, aprendió a regatear en un pequeño pueblo y luego se mudó a Belgrado, Serbia. De niño dormía bajo las estrellas antes de entrenar y luego intentaba emular a Zlatan, ya popular entre Ámsterdam y Turín. En 2023 habló de su referente. El año pasado jugó en la Fiorentina y soñaba con darles la mano. «Uno de mis modelos a seguir, también por sus orígenes eslavos. Zlatan ha dejado una huella imborrable en el fútbol. Al final del partido me gustaría pedirle la camiseta». El problema está al alcance de la mano ahora. Ibra será un valor añadido al vestuario. Seguirá al equipo en casa y en el extranjero. Jovic se dio cuenta de que la única forma de sobrevivir era dejar su huella. En cuanto al tercer gol consecutivo, fue contra su primer ídolo, poniendo fin a tres meses negativos. El 20 de noviembre sólo había dado dos patadas. En Aricci fue el más peligroso: tres disparos a portería en veinte minutos. Nadie como él. Si no fuera por la doble entrada de Costil, también habría marcado dos veces. Lo volverá a hacer en San Siro.
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