La subida vertiginosa de los precios de los combustibles, ¿qué hay detrás? ¿Cuánto gana el estado? primera página

Dejemos de lado el cortocircuito del gobierno sobre el aumento de los precios de los combustibles y los supuestos culpables que serían las gasolineras. El combustible aumentó por el aumento de la carga fiscal que había bajado Draghi y que este Gobierno confirmó en los primeros meses de trabajo. Ahora decidió devolverlo a los niveles previos a la crisis.

Veamos cuáles son.
El precio del combustible en realidad está determinado por tres factores:

1) precio industrial. Se obtiene de la cotización de la materia prima a la que se le suman los costos de refinación y transporte.

2) impuesto. Se trata de impuestos planos, no calculados en porcentaje, sobre la gasolina y el gasóleo. Nacieron con una finalidad fiscal, es decir, para financiar determinados proyectos. Lo más llamativo, y siempre mencionado, fue la financiación de la guerra de Etiopía de 1935. Se justificó entonces para reparar los daños causados ​​por la crisis de Fagaunt o Suez, pero desde 1995 se ha producido una profunda reorganización. Desde entonces este impuesto se ha fijado de manera uniforme. Por lo tanto, ya no es un impuesto de propósito, sino un componente estructural del precio. En total, hoy un litro de gasolina representa 0,7284 euros o el 40% del precio de estos días y sobre un litro de gasóleo representan 0,6174 euros o el 33% del precio.

3) impuesto al valor agregado El IVA es, en la práctica, un impuesto sobre un impuesto, porque se calcula sobre la base de la suma del precio industrial y el impuesto especial, que en realidad es un impuesto. Según el último monitoreo del Ministerio de Medio Ambiente y Seguridad Energética, el impuesto al valor agregado y los impuestos especiales son el 58,2% del precio de la gasolina y el 51,1% del precio del diésel. Este último, aunque una tasa de impuesto más baja, aumentó debido a los precios industriales más altos.

Comparado con otros países europeos, el impuesto al combustible en Italia es el más alto. Según la empresa de energía ACEA, en Europa solo los Países Bajos tienen impuestos más altos sobre la gasolina, pero más bajos sobre el diésel. Algunos dicen que el impuesto al consumo tiene un efecto desincentivador en el uso de un producto contaminado, Sin embargo, cabe señalar que en muchos casos los ciudadanos se ven obligados a utilizar sus propios automóviles debido a la falta o ineficiencia de los servicios de transporte público.. Es muy difícil que los gobiernos no sucumban a la tentación de mantener este impuesto tan lucrativo, que no se trata sólo de los combustibles. En 2021, el país recaudó unos 33.000 millones de euros en impuestos sobre combustibles, alcohol y tabaco. De estos, 25 mil millones se derivan de la gasolina y el diesel.

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