(ANSA) – NUEVA YORK, 29 de diciembre – Con una compleja gama de tareas, incluida la inmigración y los derechos de voto, y en caída libre en las urnas, Kamala Harris es «aliada» de los principales ejecutivos corporativos estadounidenses, que se han convertido en una especie de de asesor informal. El presidente de Microsoft, Brad Smith, el director ejecutivo de Cisco, Chuck Robbins, y el senior Gene Fraser de Citigroup se encuentran entre los líderes con los que Harris trata con frecuencia.
El diálogo, según Bloomberg, llevó al sector privado a comprometer $ 1.2 mil millones para ayudar a gestionar la afluencia de migrantes de Centroamérica, y llevó a los bancos a distribuir más dinero a las pequeñas empresas, especialmente a las de las minorías. Para Harris, se trataba de asumir con éxito un papel activo dentro de la Casa Blanca y de distraer a los medios de comunicación, centrándose en su punto de vista en la frustración de su propio personal.
Pero la asociación con Corporate America también se traduce en riesgo político. Los estrechos vínculos con los directores ejecutivos de Wall Street y Silicon Valley corren el riesgo de alienar el consenso de los votantes demócratas y podrían costarles caro en 2024.
(Ansa).
La reproducción está reservada © Copyright ANSA