Dar maravillas, niño prodigio, niños jubilados de la política austriaca. Esta es la historia de Sebastian Kurz, un excanciller que fue investigado por ayudar a la corrupción y la malversación de fondos públicos, quien anunció su despedida de la política y posteriormente renunció como líder y líder parlamentario del Partido Popular Övp.
«No soy ni un santo ni un criminal»
“No soy ni un santo ni un criminal – aseveró en una breve rueda de prensa -. Voy a probar las falsas acusaciones en mi contra, aunque tenga que esperar años». Kurtz recuperó su carrera, admitiendo que había hecho “mal decisiones ”. Agregó:“ Recientemente este último, la llama del entusiasmo se apagó ”, se vio obligado a defenderse de“ acusaciones e insinuaciones ”y terminó con el personal, como“ cazando presas ”.
La noticia ya circulaba a primera hora de la mañana en algunos medios austriacos, como el Kronen Zeitung, de que incluso el reciente nacimiento de un niño podría haber «levantado algo» en el excanciller de 35 años. Pero es inevitable vincularlo a las últimas novedades judiciales y repercusiones políticas, ya que el Partido Popular perdió diez puntos porcentuales en las encuestas, superando por primera vez desde 2017 al Partido Socialista.
Acerca de Curtis y su «círculo mágico», capaz de dictar la ley en política y dirigir importantes nombramientos en empresas estatales, el poder judicial ha estado investigando durante meses. Por no hablar de «Ibizagate», el escándalo que en 2019 derrocó al ex socio de la coalición Heinz-Christian Strache, entonces líder populista de derecha del FPÖ, del que Kurz salió políticamente ileso, y recuperó la cancillería. Con una nueva mayoría esta vez con los verdes ..
El escándalo que afligió al excanciller
Sin embargo, el escándalo aceleró las cosas en octubre, con la hipótesis de un delito subyacente por parte de la Fiscalía General Anticorrupción, donde en 2016, el canciller, cuando aún era canciller, había encargado y pagado algunas encuestas. . dinero (parcialmente manipulado) a favor de su ascenso a la dirección del Partido Popular. El ascenso alcanzó su punto máximo en 2017, a la edad de 31 años, con el nombramiento como consultor.