Hombres y mujeres difieren no solo en las elecciones específicas de alimentos, sino también en el momento del día en que los comen, con diferentes ramificaciones metabólicas: los hombres tienden a concentrar su consumo de alimentos en las horas de la noche, lo que los expone a una mayor obesidad. En lugar de las mujeres en la primera mitad del día. Así lo afirma un estudio presentado en la primera conferencia nacional dedicada a la «endocrinología de género», promovida y organizada por la Sociedad Italiana de Endocrinología (SIE) y recién concluida en Nápoles, que vio la nutrición de género entre los temas centrales.
Así como el conocido ciclo sueño-vigilia está regido por el reloj circadiano ubicado en el hipotálamo, otros ritmos, incluido el hambre, también están determinados por un reloj interno caracterizado por cambios en el metabolismo que ocurren durante el día. “Por esta razón, para mantener un peso normal, es importante sincronizar la hora en que comemos con nuestro temporizador interno, enfocándonos en el consumo de alimentos en la primera parte del día cuando los niveles de cortisol son más altos y los requerimientos diarios de energía son mayores”. el reclama. Annamaria ColaoJefe del SIE y Profesor de Endocrinología en la Universidad Federico II de Nápoles.
Una revisión, que se publicará, realizada por el Departamento de Endocrinología de la Universidad Federico II de Nápoles específicamente para comprender estas diferencias. El 47% de las mujeres centran su ingesta de alimentos en la primera parte del día, frente al 33% de los hombres. Para la noche, la proporción es del 46% de las mujeres frente al 63% de los hombres. «Así que las mujeres tienden a quedar atrapadas en el reloj circadiano, con efectos beneficiosos para mantener un peso normal. Los hombres, por otro lado, son ‘comedores tardíos’, lo que significa que comen por la noche cuando los niveles de cortisol son más bajos. Esto conduce a peores resultados metabólicos porque están «fuera de fase» con el horario biológico y un mayor riesgo de obesidad, y también porque son más propensos que las mujeres a levantarse para comer bocadillos por la noche». “Entonces no es determinante si desayunas a las 6 en lugar de a las 9, y si almuerzas a las 12 o a las 2, lo importante es que la mayor parte de tus requerimientos calóricos diarios se consuman en la primera parte del día, es decir generalmente a las 3 de la tarde”, advierte Colao.