El Papa: Oración y fraternidad para construir un mundo de “casa” y no de “mercado”

En el Ángelus, Francisco nos invita a emprender un camino de comunión, misericordia y cercanía en el tiempo de Cuaresma para romper las barreras del silencio y la indiferencia.

Benedetta Cappelli – Ciudad del Vaticano

El contraste entre hogar y mercado está en el centro del pensamiento del Papa FranciscoÁngelus Quien, a diferencia de antaño, lee el Catecismo. A partir del acontecimiento evangélico en el que Jesús expulsa a los mercaderes del Templo, el Pontífice nos insta a adoptar una manera nueva y profunda de mirar el Templo, lugar de encuentro con Dios y con los demás, transformando así nuestra vida y la de las personas. . Transfórmanos a través de la oración y la hermandad.

La llamada hoy a nuestro camino, el camino de la Cuaresma, es a hacer en nosotros y en los que nos rodean una casa más que un mercado. Oramos, sobre todo, hacia Dios. Oramos con frecuencia, como niños que, sin cansarse, llaman a la puerta. a la puerta del Padre con confianza, no como los mercaderes tacaños que no confían en ellos. Luego, orando primero, difundió la hermandad. Se necesita mucha hermandad.

templo y hogar

«No hagáis de la casa de mi Padre una plaza de mercado», dice Jesús, mientras derriba los puestos de los cambistas y expulsa a los vendedores del templo. «Son – dice el Papa – como mercado“Para estar bien con Dios, todo lo que tienes que hacer es comprar un cordero, pagarlo y comerlo sobre las brasas del altar”. “Comprar, pagar, consumir y luego todos se van a casa”: esta es la dinámica que describe bien el mercado. En el templo como hogar, dice, por el contrario, “vas al encuentro del Señor, para unirte a Él y a tus hermanos, y compartir con ellos alegrías y tristezas”. Es un cambio de relación: de la distancia a la proximidad, donde los “puestos de venta” dejan paso al “comedor familiar”, donde los precios se convierten en abrazos y las “caricias” de las monedas.

Porque de esta manera se crea una barrera entre Dios y el hombre, entre hermano y hermano, mientras Cristo vino a traer comunión, misericordia y cercanía.


Creyentes en la Plaza de San Pedro

Oración y hermandad

El Papa señala que el camino, entonces, es de oración y luego de acciones fraternas que rompan “el silencio incómodo, aislante y a veces incluso hostil que encontramos en muchos lugares”.

Entonces preguntémonos: Primero, ¿cómo es mi oración? ¿Es un precio a pagar o es un momento de abandono confiado, en el que no miro el reloj? ¿Cómo son mis relaciones con los demás? ¿Sé dar sin esperar nada a cambio? ¿Sé cómo dar el primer paso para romper los muros del silencio y los vacíos de la distancia?

Francisco nos invita a confiar en María, que es la clave para “hacer hogar” con Dios y con quienes nos rodean. Al final de la oración mariana, el sentido llamamiento a poner fin a la violencia de las guerras en Oriente Medio y Ucrania. Añadió que «el desarme es un deber moral».

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