Caracas, La atleta venezolana Yulimar Rojas confirmó este martes que sigue siendo la gran referencia mundial del salto triple. En su regreso oficial a las competencias, tras dos años de inactividad por lesión, logró clasificar a la final del Campeonato Mundial de Atletismo que se disputa en Tokio, Japón.
Rojas necesitó apenas un intento para despejar cualquier duda sobre su estado físico. Con un salto de 14,49 metros en el Estadio Nacional de Tokio, superó holgadamente la marca mínima de clasificación (14,35m) y se metió entre las doce finalistas que el próximo jueves 18 de septiembre disputarán las medallas. La venezolana acompañó su actuación con una breve celebración en la pista, gesto que evidenció la confianza y el entusiasmo que la acompañan en este retorno.
“Estoy muy feliz, tengo el corazón agradecido”, expresó Rojas al finalizar la jornada. “Todo es al tiempo de Dios. Ya dimos este paso importante y ahora a continuar”.
Un regreso esperado
Para la múltiple campeona mundial, de 29 años de edad, esta clasificación tiene un valor simbólico enorme. En 2023 había conquistado el oro en Budapest, pero tres meses antes de los Juegos Olímpicos de París 2024 sufrió una lesión en el tendón de Aquiles que la dejó fuera de la cita olímpica y la obligó a cumplir un largo proceso de recuperación. Durante dos años permaneció alejada de las pistas en competiciones oficiales, lo que generó dudas sobre su capacidad de volver a su mejor nivel.
El debut en Tokio disipó esas incertidumbres. Con siete títulos mundiales en su historial y dos medallas olímpicas, Rojas demostró que su vigencia y disciplina siguen intactas. El regreso, además, reviste importancia para el deporte venezolano y para los patrocinadores que ven en la atleta no solo una figura deportiva, sino también un activo de gran valor mediático e institucional.
Rivalidad y final en agenda
En la fase clasificatoria participaron 35 atletas divididas en grupos. Rojas terminó con la segunda mejor marca de la jornada y la primera del Grupo B. La mejor marca general fue para la cubana Leyanis Pérez, con un salto de 14,66 metros, posicionándose como la principal rival de la venezolana en la lucha por el oro.
También se clasificaron la campeona olímpica en París 2024, Thea LaFond (14,40m), y otra representante cubana, Liadagmis Povea, con 14,44 metros. Aunque solo cuatro competidoras alcanzaron o superaron la marca mínima exigida, la organización estableció que avanzarían las 12 mejores del día, completando así el cuadro de finalistas.
Entre las clasificadas figuran nombres destacados como las medallistas olímpicas Shanieka Ricketts, de Jamaica (14,30m), y Jasmine Moore, de Estados Unidos (14,22m). También estarán en la final la senegalesa Sally Sarr (14,21m), la jamaiquina Ackelia Smith (14,21m), la alemana Caroline Joyeux (14,29m), la sueca Maja Áskag (14,15m), la eslovena Neja Filipic (14,05m) y la turca Tugba Danismaz (14,00m).
La final está pautada para el jueves 18 de septiembre a las 7:55 a.m. (hora de Venezuela), en el mismo escenario donde Rojas ya vivió un momento histórico: la conquista de la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
Una visión sin presión
Más allá de la expectativa que genera su regreso, Rojas asegura estar disfrutando cada momento de este reencuentro con la alta competencia. “Estar en un estadio como este, en una final, es algo maravilloso”, comentó a la prensa española que sigue de cerca el Mundial de Tokio. Sus palabras reflejan una mezcla de madurez y gratitud, lejos de la presión que implica defender un título mundial.
El desempeño de Rojas no solo despierta interés en el ámbito deportivo. Desde una perspectiva de negocios, su retorno es un factor relevante para el ecosistema de patrocinadores, marcas y federaciones vinculadas al atletismo. La atleta representa una de las figuras más rentables y de mayor proyección en el deporte latinoamericano, capaz de generar visibilidad global tanto para Venezuela como para sus aliados comerciales.
Conclusión
El regreso de Yulimar Rojas marca un hito en la temporada atlética de 2025. Con su clasificación a la final en Tokio, la venezolana reafirma su condición de referente mundial y deja abierta la posibilidad de ampliar su colección de títulos. Más allá de las medallas, su presencia simboliza la resiliencia y la capacidad de reinventarse después de la adversidad.
La expectativa ahora está centrada en la jornada del jueves, cuando Rojas intentará sumar un nuevo capítulo dorado a su ya brillante trayectoria, manteniendo a Venezuela en la élite del atletismo internacional.