Serie A: AC Milán – Udinese 1-1, Era Rossoneri – Deporte

«No hay duda, es una mano clara. Un jugador del Udinese marca un mano a mano. Que el VAR no lo vio difícil, fue un error grave que decidió el resultado. El VAR está para evitar estos errores». El entrenador del Milan, Stefano Pioli, le dijo a Dazen, al comentar sobre el cuestionable gol que marcó Odoji en el partido contra el Udinese: «No tuvimos una actuación excepcional, pero fue un gol que tuvo que ser anulado». No puedes jugar durante 45 minutos de juego real. La responsabilidad – explica Pioli – recae en la persona que dirige el partido». El director del Milan, Paolo Maldini, le dice a Milan TV después del partido contra el equipo: «Var debe despejar dudas, porque esta no es la primera vez. Es un vínculo claro, quien decide debe entender el fútbol». El debate sobre el gol de la igualdad de los friulanos se estropea con un toque de mano. «Y diré una cosa más -añade Maldini-: el Milán está en cabeza y no siempre puede haber un árbitro junior en el San Siro. No es fácil juzgar en San Siro. Desafortunadamente, el árbitro cometió errores y jugó muy poco. dt también admite que el Milán «no es perfecto, no somos muy buenos, nos recomponemos».

El partido – Milan está enojado pero perdido. Ante el Udinese, el gol no pasa del 1-1, como pasó con el Salernitana. Perdió la segunda oportunidad de avanzar en la clasificación. No le alcanza el gol habitual de Liao, el rossoneri está nervioso por un duro partido físico, interrumpido por muchos errores, algunos de los cuales no fueron sancionados, y enojado por recibir el gol del empate, no puede volver a la victoria. Terminó 1-1 ante los ojos de Silvio Berlusconi, de vuelta en las gradas después de casi cinco años. Habrá días de polémica por el gol encajado por el Milan: Romagnoli interceptó un chilena de Pereira y Odogi dirigió el balón a la red ayudándose con el brazo. Verifica juicio, verifica var y luego confirma. Al final del partido, el Milan rodea a Markti, Romagnoli golpea y protesta, y Stefano Pioli también se acerca a los jugadores. Un gol que generaría debate, que probablemente decidiría el partido, pero el Milan aún tendría que criticarse a sí mismo. La posición de los rossoneri no convence, demasiados errores, demasiada ligereza. El Udinese, sólido y compacto, mentalmente no abandona el juego y lo intenta hasta el final. registro

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El único que marcó la diferencia en Milán fue Liao. Fue el lateral el que rompió el partido: en el minuto 29 controló un bonito pase cruzado de Tonali, se libró del control de Becau con una intervención al límite y tras un gran control superó a Silvestri. San Siro estalla al compás de la música brasileña que se ha convertido en el coro sureño para celebrar a Leao, que es portugués pero con pie brasileño. Pronto, Messias también tiene un balón de gol, pero se espera a unos pasos del portero. El centrocampista no está brillando, Casey también está sufriendo, el juego del Milan no es fluido e incapaz de manejar un partido bajo contrastes difíciles. Liao fue golpeado varias veces, colapsó de dolor, lo que asustó a los fanáticos, pero luego aprieta los dientes.

Al comienzo de la segunda mitad se levanta un viento frío en el campo. Cioffi convoca a Zeelegar por Udogie y Makengo por Pereyra. Serán cambios decisivos. A falta de media hora para el final, el Udinese se arma de valor y mira en varias ocasiones a partes de Minyan. Pioli da descanso a Giroud y Messias en el derbi de la Coppa Italia, añaden Rebek y Salemaker. Pero recién en los instantes posteriores a la sustitución llega el empate para Friulian: un remate de Deulofeu rebota, Pereira derriba, Romagnoli intercepta pero la carambola se pega en el brazo de Udogie y Maignan. El Milan sufre una reacción violenta, carece de la determinación y el hambre que uno esperaría de un equipo que lucha por el título. Para acercarse aún más a la ventaja en una recuperación completa, el Equipo Cioffi, cuyo Deulofeo terminó en el borde de la columna, se desvió con una excelente entrada de Maignan. Desde el banquillo Ibrahimovic observa el partido con el ceño fruncido. El sueco no estaría ni en el derbi y ahora su ausencia empieza a pasar factura. Porque necesitabas su perseverancia en el campo, en los momentos de estrés, cuando tocaba levantarse. El martes es el derbi y el domingo el Napoli, una semana muy complicada y el Milan llega enojado y frustrado.

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