Un nuevo informe publicado por Fluke Corporation expone un problema creciente en el sector industrial mundial: las interrupciones no planificadas están generando pérdidas estimadas en hasta 852 millones de dólares cada semana, una cifra que amenaza la rentabilidad, la competitividad y la resiliencia de las empresas a nivel directivo.
El estudio, realizado por la firma de investigación Censuswide en nombre de Fluke, encuestó a más de 600 altos directivos y profesionales de mantenimiento de Estados Unidos, el Reino Unido y Alemania. Los resultados revelan que más del 61 % de los fabricantes experimentó algún tipo de inactividad no planificada durante el último año, reflejando una vulnerabilidad crítica dentro del entorno industrial.
Frecuencia y duración preocupantes
Los datos muestran que el 48 % de los fabricantes sufre entre seis y diez incidentes de inactividad por semana, mientras que uno de cada cinco (19 %) enfrenta de 11 a 20 paradas semanales.
En cuanto a la duración de los eventos, el 45 % de los encuestados indicó que las interrupciones duran hasta 12 horas, y un 15 % señaló que pueden extenderse hasta 72 horas.
El costo de estas fallas es alarmante. Con un promedio de 1,7 millones de dólares por hora de inactividad, una sola interrupción puede alcanzar 42,6 millones de dólares en pérdidas, el equivalente energético de mantener operativas 2.500 fábricas durante una semana, o una sola planta durante casi 50 años.
Según Fluke, estas cifras confirman que la inactividad no es un evento aislado, sino una realidad operativa recurrente que representa un riesgo estratégico para la rentabilidad y la resiliencia corporativa.
Las grandes corporaciones, las más vulnerables
A nivel global, las empresas más grandes son las que enfrentan los mayores desafíos. Entre las organizaciones con más de 50.000 empleados, el 40 % reportó entre 11 y 20 incidentes semanales de inactividad, y la mitad (50 %) afirmó que cada parada puede durar hasta 72 horas.
Estos resultados sugieren que las estructuras industriales más complejas, con múltiples líneas de producción interdependientes, son particularmente susceptibles a sufrir fallos prolongados cuando se produce una interrupción inesperada.
Inversiones digitales dispersas y respuestas fragmentadas
Pese a la magnitud del riesgo, el estudio evidencia que la industria no ha adoptado un enfoque coordinado para resolver el problema.
Los fabricantes están distribuyendo sus inversiones digitales en múltiples soluciones, sin una estrategia integral que permita escalar resultados.
Entre las iniciativas más comunes destacan:
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Mantenimiento predictivo (12%)
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Gemelos digitales (12%)
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Monitoreo de condición (13%)
Fluke advierte que, si bien estas herramientas son valiosas para aumentar la confiabilidad operativa, su implementación aislada limita el impacto y diluye los beneficios a largo plazo. Sin un plan claro que integre estas tecnologías en un marco de transformación digital, los esfuerzos se dispersan y no generan resultados sostenibles.
“Es hora de llevar la confiabilidad a la sala de juntas”
En declaraciones incluidas en el comunicado oficial, Parker Burke, presidente del grupo Fluke Corporation, destacó la necesidad urgente de que los líderes empresariales prioricen la resiliencia operativa.
“Our research shows a tough reality: too many manufacturers are stuck reacting to downtime instead of getting ahead of it. Quick fixes might keep things running for a while, but they don’t build long-term resilience.”
Burke añadió que los datos reflejan un riesgo que trasciende lo operativo:
“The data shows us that downtime can’t be viewed just as operational problem anymore. It’s a real risk to competitiveness and enterprise value.”
Y concluyó con un llamado directo al liderazgo empresarial:
“Without a clear plan to scale digital investments, efforts are spread too thin to make a lasting, measurable impact. It’s time to bring reliability into the boardroom as a core part of how we drive growth, performance, and customer trust.”
Un llamado a la acción para el sector manufacturero
El informe de Fluke deja claro que las interrupciones no planificadas representan mucho más que simples fallas técnicas. Son un riesgo estructural que afecta directamente el valor empresarial y la confianza de los inversionistas.
En un entorno global caracterizado por la competencia, la automatización y la presión por optimizar recursos, la capacidad para anticipar y prevenir la inactividad será clave para el éxito de las empresas manufactureras.
Fluke concluye que solo mediante estrategias integradas de mantenimiento predictivo, monitoreo en tiempo real y digitalización a gran escala, las organizaciones podrán reducir el impacto económico de las interrupciones y construir una industria más resiliente.
