Según el «recuento» de Nicolás Maduro, más de 2.200 personas han sido arrestadas en Venezuela desde las controvertidas elecciones presidenciales. Tras reafirmarse como líder del país tras las elecciones del 28 de julio, el presidente venezolano se jactó de haber llevado a cabo un operativo a gran escala para arrestar y detener a manifestantes a quienes acusa de «terroristas» y «criminales». Según Amnistía Internacional, la BBC destaca que entre las más de dos mil personas detenidas desde las elecciones, hay más de un centenar de menores de entre 13 y 17 años y al menos seis personas con discapacidad. Los defensores de la oposición y los derechos humanos dicen que las fuerzas de seguridad están apuntando no sólo a los líderes políticos sino también a los ciudadanos comunes que ayudaron a monitorear la votación y a cualquiera que pida a Maduro que acepte la derrota en la votación, cuyos resultados la oposición anunció inmediatamente cuando estallaron protestas masivas.
Maduro acusó a la oposición de un «golpe de estado» y anunció planes para construir dos nuevas cárceles de alta seguridad donde le gustaría encarcelar a los manifestantes acusados de ser «criminales fascistas». Entre las más de dos mil personas arrestadas, no faltan cargos de «terrorismo». Clara del Campo, de Amnistía Internacional, citada por la BBC, dijo que las detenciones arbitrarias “fueron, por un lado, generalizadas e indiscriminadas contra los manifestantes que salieron a las calles para apoyar la victoria electoral lograda por la oposición, y por otro, fueron atacados y cooptados”. defensores de los derechos humanos y miembros de la oposición». Las personas que terminan esposadas «están en su mayoría acusadas de terrorismo y delitos relacionados» y corren «un alto riesgo de sufrir abusos». La ONG venezolana Foro Penal (que, como explicó el Washington Post, sólo Ayer se verificaron 1.229 detenciones, incluidos 105 casos que involucraban a menores de 18 años. La cadena británica dijo haber sido testigo de una “escalada de represión” sin precedentes, que el gobierno denominó “Operación Tun Tun”, es decir, “Operación Daq”. , dicen grupos de derechos humanos, yendo de puerta en puerta para arrestar a personas vinculadas a protestas o a la oposición.
Hubo informes de decenas de casos, incluidos periodistas y activistas, cuyos pasaportes fueron cancelados. Según el grupo independiente de seguimiento de víctimas, al menos 23 personas murieron durante las protestas que estallaron después de la votación, y la víctima más joven tenía sólo 15 años. El grupo vincula ocho casos con el ejército, tres con la policía y siete con “grupos colectivos”. Según la organización de derechos humanos Provia, al menos 24 personas murieron en las protestas entre el 28 de julio y el 5 de agosto, y al menos nueve casos se atribuyeron a “masas”. Venezuela está en completo caos.