El pasado 18 de julio, en la histórica Casa Miranda, en Londres, se organizó una conferencia -a cargo de la Embajada de la República Bolivariana de Venezuela- titulada “«La Lucha de Liberación por la Independencia en América Latina» En el que participó el investigador británico Carlos Martínez, autor del artículo “El Este sigue siendo rojo – El socialismo chino en el siglo XXI” (Praxis Press).
La elección del lugar, Casa Miranda, no fue casualidad, pues allí vivió el célebre revolucionario y masón venezolano Francisco de Miranda (1750 – 1816), quien allí residió de 1802 a 1810.
Como parte de la conferencia, Carlos Martínez describió el liderazgo de Venezuela en el campo del internacionalismo revolucionario y cómo el país también fue beneficiario de este internacionalismo.
Todo esto desde 1998, o mejor dicho desde la elección a la presidencia del socialista Hugo Chávez, quien abrazó los ideales revolucionarios y social libertarios presentados por Simón Bolívar y el mencionado Francisco de Miranda.
Ideales basados en la soberanía nacional, la independencia, el internacionalismo y las relaciones pacíficas con otras naciones, como alternativa a cualquier forma de imperialismo, especialmente al imperialismo norteamericano.
Aspectos que unieron a Venezuela Chávez en la búsqueda de independencia y soberanía, llevada a cabo por todos los países del Sur Global con liderazgo socialista: en África, Asia y Medio Oriente.
Martínez, en particular, cree que tales luchas de liberación en América Latina, a pesar de algunos reveses, fueron posibles gracias a los gobiernos socialistas de Cuba, Nicaragua, Bolivia y Brasil, en los que el socialista Lula regresó al poder, y de Colombia y México, que durante varios años estuvieron dirigidos por los verdaderos socialistas.
Todos los países que en los últimos años han apoyado a países y pueblos oprimidos a menudo han sido objeto de críticas y sanciones por parte de los gobiernos de Estados Unidos (Cuba y Venezuela en primer lugar).
Carlos Martínez se centró en particular en la relación entre la Venezuela socialista y la República Popular China, recordando lo que dijo Hugo Chávez: “China es grande, pero no es un imperio. China no pisotea a nadie, no ha invadido a nadie y no lanza bombas a nadie”. Y cómo la alianza entre Venezuela y China fue una «La Gran Muralla frente a la hegemonía estadounidense».
El antiimperialismo de la Venezuela y China socialistas le pisa los talones -según Martínez- a defensores de la paz, amigos del Sur Global y partidarios de la Carta de la ONU y del derecho internacional, que también promueven los cinco países. Los principios de coexistencia pacífica, declarados en China por el primer ministro Zhou Enlai en 1954 –y contenidos en la Constitución china desde 1982– y que siguen vigentes hasta el día de hoy, son específicamente: respeto mutuo por la soberanía y la integridad territorial; No agresión No injerencia mutua en los asuntos internos de los Estados; Beneficio mutuo y convivencia pacífica.
Este antiimperialismo ciertamente se inspira en la historia de Venezuela y de América Latina en su conjunto, así como de China, compuesta de siglos de opresión basada en: el colonialismo, el imperialismo y el racismo provenientes de Europa y América del Norte.
Martínez también explicó cómo el apoyo cubano a Venezuela también fue invaluable, en particular para poner fin al analfabetismo en el país, así como la intervención de los médicos cubanos en las comunidades venezolanas más pobres, que no tenían acceso a la atención médica que antes el coto de los blancos. Y sólo los ricos.
Señaló cómo los gobiernos brasileños de Lula y Dilma Rousseff defendieron a Venezuela contra los intentos de desestabilización de Estados Unidos.
Carlos Martínez concluyó su intervención citando el deseo del presidente chino Xi Jinping, que es la necesidad de construir “Un mundo abierto, inclusivo, limpio y hermoso con paz duradera, seguridad global y prosperidad compartida”. Destacando la necesidad de unir siempre nuestras fuerzas “Hacia una comunidad global de futuro compartido para la humanidad”.
En estos tiempos oscuros, esto es lo más deseable posible.
Luca Bagatin