Después de todo, hizo un milagro. Desde que se sumergió (intencionalmente) en el agua la estatua de la Virgen del Valle, patrona del oriente venezolano, los corales están como si hubieran renacido. De hecho, los pescadores de la zona han dejado de bajar sus redes, destruyendo el frágil ecosistema.
La estatua, de 2,3 metros de altura, es la pieza central del primer museo submarino de América del Sur, y está ubicada en el archipiélago venezolano de Los Frayles, al noreste de la Isla de Margarita. La Dra. Anis Toro, la bióloga Sandra Sánchez y la acuicultora Vanessa Valverde tuvieron la idea de crear el museo después de que un proyecto de granja de corales fracasara en menos de un año en 2019, arruinado por un traspaso. En la región desde 2009.
«Me dije que era una carta que valía la pena jugar y me apoyé en el respeto de la Virgen», dijo a la AFP Anis Toro. Sandra Sánchez agrega: «Es muy apreciada por los pescadores, y se cree que la Virgen los cuida cuando se hacen a la mar».
Trabajo en arena de sílice y sus conchas.
Su plan funcionó. La estatua fue realizada por la propia Anis Toro, también escultora, «hecha de arena de sílice y tratada con sosa cáustica a pH neutro, la corona en conchas de nácar». «Se inundó en enero y en menos de cinco meses el fondo del mar estaba completamente cubierto de corales u ostras», dice.
Desde entonces, cuatro obras de arte más se han sumado al fondo marino: tres heroínas de la Nueva Esparta, a la que pertenece la Isla de Margarita, y un muelle en honor a la Armada. El museo abrió sus puertas el 8 de septiembre, día de la festividad de la Virgen del Valle.
Buzos de la Armada venezolana han desenredado una cinta amarilla en el fondo marino para identificar el museo, que podrá recibir turistas submarinos y “hacer de Los Frayles un atractivo turístico”, asegura el jefe del Almirantazgo, Nils Villamisar.
En la superficie, las carrozas les dicen a los pescadores que «tengan cuidado donde echan la red o el ancla, porque ahí está la patrona», concluye Sandra Sánchez.