Recientemente, la región ubicada en la zona norte de Sudamérica, que hasta hace poco era desconocida para el resto del mundo, comenzó a estar en el centro de los informativos televisivos, portales y periódicos más importantes de nuestro planeta. Se trata de Esequibo, una zona al este de Venezuela y al oeste de la República Cooperativa de Guyana, que ambos países reclaman.
Empezando desde lejos
Para comprender la causa de este conflicto y restaurar la historia, vayamos a la raíz del problema. Las raíces del reclamo sobre estas tierras se remontan a la época colonial, cuando ni Venezuela ni Guyana existían como país, sino que eran territorios colonizados por españoles y holandeses respectivamente. La zona en cuestión formaba parte del llamado Comandante en Jefe de Venezuela creado en 1777.
En 1840, Agustín Codazzi, geógrafo y cartógrafo italiano, trazó el mapa político de Venezuela en 1810, compuesto por 8 provincias, una de las cuales -Guayana- comprende lo que actualmente se conoce como Bolívar, el Delta del Amacuro, Amazonas y el territorio en disputa, es decir, Esequibo.
Los dibujados por Codazzi en el mapa son los territorios reclamados por la Corona española y que serán reconocidos como parte de una Venezuela independiente a partir de la firma del acuerdo de paz.Ley de Independencia En 1811. La independencia no llevó a los nuevos estados a batallas territoriales, sino que cada uno reconoció como territorio propio lo que la Corona española había conquistado.
Mientras las colonias españolas se independizaban, los navegantes holandeses, que llegaron a la zona norte de América del Sur a finales del siglo XVI, exploraron y capturaron tierras al este de la actual Venezuela. Para evitar conflictos, España cedió la margen derecha del río Esequibo a los Países Bajos en 1648, rebautizándola como Guayana Holandesa. En 1666, los ingleses desembarcaron en la nueva colonia holandesa y comenzaron a disputar esas tierras contra los holandeses. Tras 150 años de conflicto, en 1814 Países Bajos vendió parte de su colonia a Gran Bretaña, en concreto 20.000 metros cuadrados, por 3 millones de libras esterlinas. Desde entonces, los territorios de Demerara, Berbice y Esequibo, situados al este del río Esequibo, pasaron a denominarse Guayana Inglesa.
En 1822, José Rafael Revenga, Ministro Plenipotenciario de la Gran Colombia (la nación postindependentista con la que soñaba Simón Bolívar y que estaría integrada por las actuales Venezuela, Colombia, Ecuador y Panamá), informó de la presencia de colonos holandeses procedentes de Demerara. Berbice y Berbice se encuentran en territorio venezolano ya que se ubican al oeste del río Esequibo. Según Rafael Revenga, estos pobladores debían obedecer y respetar las leyes y jurisdicción de la Gran Colombia, como si vivieran en territorio venezolano.
Estas redadas no fueron esporádicas ni dañinas. De hecho, el Reino Unido superó el territorio que había comprado a Holanda y comenzó a penetrar en los territorios actualmente en disputa, aprovechando el cansancio de los militares que luchaban por la independencia y la inexperiencia política de los líderes venezolanos. La Corona británica hizo valer sus derechos territoriales frente al gobierno del nuevo estado, ya que, según ellos, España no reconocía cartográficamente las fronteras del Comandante en Jefe de Venezuela. Sin embargo, cabe señalar que en 1799 (antes de la Declaración de Independencia) las fronteras del Esequibo aparecen en los mapas de Cruz Cano y Olmedilla, publicados por Francisco de Miranda con el patrocinio de la Corona Inglesa, para mostrar al mundo la formación de el nuevo país.
El Reino de Inglaterra, ignorando las advertencias y quejas de Venezuela, nombró en 1835 a Robert Hermann Schomburgk, explorador prusiano, quien propuso demarcar las fronteras hasta las tierras de Guasipate y Tomeremo, ubicadas al sur del estado Bolívar en Venezuela. El motivo de esta ampliación de las fronteras, que incluía un territorio de 203.310 kilómetros cuadrados, fue el interés inglés en las ricas minas de oro del Callao y El Dorado, asentamientos ubicados al sur del estado Bolívar. Dado que la Corona inglesa exigía esta formación territorial mientras Venezuela exigía el respeto a las fronteras establecidas en 1810, los dos gobiernos decidieron recurrir al arbitraje internacional. En 1899 se dictó sentencia sobre una disputa territorial en Venezuela, que carecía de abogados. La decisión arbitral dictada en París asignó el 90% del territorio al Reino Unido sin explicar los motivos de esta decisión.
Convención de Ginebra
Venezuela ignoró el fallo, argumentando que carecía de base histórica y política y lo denunció como resultado de manipulaciones del poder más que de razones históricas. Los gobiernos venezolanos continuaron ignorando el fallo. Recién el 17 de febrero de 1966, Gran Bretaña acordó firmar el llamado Convención de Ginebra, donde la Corona inglesa reconoció, por primera vez, la existencia de una disputa territorial no resuelta sobre la región del Esequibo. Meses después, Guyana se convirtió en territorio independiente del Reino Unido.Convención de Ginebra Abrió la puerta a una nueva controversia jurídica que puede interpretarse de dos maneras.
La primera interpretación ve que los historiadores y juristas venezolanos lo confirman, sin embargoConvención de Ginebra, el laudo arbitral de París fue nulo de pleno derecho, por lo que la disputa por el territorio del Esequibo quedó sin resolver. La segunda interpretación no considera la firmaConvención de Ginebra Como comentario sobre el Premio de París, sino más bien como una necesidad de continuar el diálogo para llegar a un acuerdo más justo. En cualquier caso, todo el mundo es consciente de que la decisión de otorgar el premio protege los intereses políticos del Reino Unido a costa de Venezuela. De hecho, en aquella ocasión se concedieron al Reino Unido 159.500 kilómetros cuadrados de terreno en los que se ubicaban importantes minas de oro. También se sabe que los abogados representantes de los Estados Unidos de Venezuela (nombre que tomó el país a finales del siglo XIX) terminaron aceptando la decisión del tribunal de París, pues de haberse negado, Venezuela se habría arriesgado a perder no sólo el Esequibo sino también la desembocadura del río Orinoco.
Qué pasó entre 1899 y 1966 hasta que los británicos acabaron firmando el acuerdoConvención de Ginebra? En mi opinión, la región en disputa en ese momento perdió su importancia estratégica, económica y política. De hecho, pocos meses después de la firma del tratado, el Reino Unido concedió a Guyana su independencia. Esto indica que Gran Bretaña ya no está interesada en mantener su dominio sobre la región que ganó en el fallo arbitral. La zona ya no tiene interés y las minas ya han sido explotadas. Al abrir la posibilidad de una nueva discusión sobre este tema, el Reino Unido perdió su soberanía regional, pero ganó un aliado importante ya que Venezuela, gracias a su producción petrolera, se ha convertido en un importante socio estratégico. También cabe destacar el creciente peso político de Venezuela en América del Sur. De hecho, en 1966 fue miembro del Comité Especial de Descolonización de las Naciones Unidas y miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la misma organización.
descubrimiento de petróleo
De 1966 a 2015, ambos países se olvidaron del conflicto. De hecho, en 2004, el propio Hugo Chávez permitió a la República de Guyana “otorgarse unilateralmente concesiones y contratos de corporaciones multinacionales, siempre que fuera en interés del desarrollo de la región”. Chávez no estaba cediendo territorio, sino que buscaba consolidar su control. Liderazgo En el Caribe. Todo eso cambió en 2015, cuando se descubrió un gran campo petrolero en la plataforma continental frente al territorio reclamado por ambos países. ExxonMobil encontró reservas estimadas en 13,6 mil millones de barriles. Desde entonces, Guyana, basándose en declaraciones de Hugo Chávez, ha otorgado concesiones a corporaciones transnacionales en territorios y aguas territoriales en disputa.
El descubrimiento de petróleo reavivó el conflicto. Actualmente, la atención se centra en la plataforma continental, donde se encuentran los grandes yacimientos petrolíferos. Lejos de una solución regional, Venezuela y Trinidad y Tobago exigen el establecimiento de fronteras marítimas de acuerdo con los tratados internacionales antes de comenzar a explotar las reservas de petróleo. Estos tratados otorgan a Venezuela el derecho a explotar la plataforma gracias a la extensión del Delta del Orinoco.
Por otro lado, Guyana propone una partición que no tiene en cuenta el delta y traza una línea favorable a sus intereses, eliminando la plataforma continental del Delta del Orinoco. Desde 2015, la amenaza de guerra permanece latente. En 2018, Venezuela confiscó dos barcos con bandera de Guyana pertenecientes a ExxonMobil, creyendo que estaban violando las aguas territoriales venezolanas. Durante el año pasado, ambos países han aumentado su presencia militar en la región. El 3 de diciembre, Venezuela celebró un referéndum para apoyar al gobierno en el control de la región.
Lo lamentable de todo esto es que ninguno de los dos países ha aparecido en las noticias por su riqueza cultural o por lo que puede ofrecer o recibir. Detrás de los conflictos y amenazas de guerra se esconden intereses energéticos y comerciales que una vez más desestabilizarán a la población de la región y saquearán las riquezas de ambos países.