Por Alberto Galvi –
En las últimas dos décadas, Rusia, Venezuela y Pakistán se han convertido en importantes receptores de financiamiento chino para el desarrollo, pero los países afectados por la crisis pueden estar perdiendo su atractivo para Beijing. China está tomando medidas para proteger sus inversiones globales en el marco de la Iniciativa de la Franja y la Ruta. China proporcionó 1,34 billones de dólares en subvenciones y préstamos para más de 20.000 proyectos a 165 países de ingresos bajos y medianos entre 2000 y 2021.
Durante dos décadas, Rusia ha recibido la mayor parte del financiamiento chino, casi 170 mil millones de dólares en préstamos para el desarrollo. Rusia cree que puede fortalecer sus pretensiones como gran potencia profundizando sus relaciones con China. Las deudas de Moscú con Beijing ascienden a unos 130.000 millones de dólares, equivalente al 7,3 por ciento de su producto interno bruto. La agresión rusa contra Ucrania ha socavado en gran medida las relaciones de China con Estados Unidos y la Unión Europea.
Durante las últimas dos décadas, Beijing ha asignado casi 113 mil millones de dólares en inversiones a Venezuela. Venezuela tiene el mayor volumen de reservas probadas de petróleo del mundo, y el rápido crecimiento de China ha creado una demanda masiva de energía, lo que la hace atractiva para invertir en Beijing. Sin embargo, desde 2016, Caracas ha visto una caída en el financiamiento chino. Venezuela se unió a la Iniciativa de la Franja y la Ruta en 2018, pero el país sudamericano no es un objetivo importante de la Iniciativa de la Franja y la Ruta y no lo será en el futuro previsible.
Pakistán ha recibido créditos y ayuda de Beijing por un total de más de 70 mil millones de dólares. A pesar de miles de millones en fondos chinos para el desarrollo, Pakistán ha tenido dificultades económicas este año, escapando por poco del colapso. La financiación china para el desarrollo de Pakistán se está agotando, pero Beijing se centra en mantener el país a flote.
Beijing está tratando de reducir los riesgos que amenazan sus inversiones y elegir países que no prefieran a China sobre Estados Unidos.