“Estamos listos para el diálogo al más alto nivel en aras de unas relaciones respetuosas, y espero que a Estados Unidos le llegue un rayo de luz para pasar página y abandonar esta política extremista y lograr políticas más pragmáticas hacia Venezuela”. Así lo aseguró el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, quien añadió además que «las cosas van bien con la Unión Europea» y se desarrolla un «diálogo permanente» con el jefe de la diplomacia del viejo continente, Josep Borrell.
Por eso, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, está abierto a un posible acercamiento a Occidente y le tiende la mano a Washington. “Venezuela está lista para iniciar el proceso de normalización de relaciones diplomáticas, consulares y políticas con el gobierno de Estados Unidos”, dijo Maduro durante una reunión con el periodista francés Ignacio Ramoni el 1 de enero.
El gobierno venezolano rompió lazos con Estados Unidos en 2019, año en que la administración de Donald Trump reconoció al rival de Maduro, Juan Guaidó, como presidente interino de Venezuela. Una operación orquestada por Washington para sacar del poder al incómodo presidente venezolano. Sin embargo, el curso de los acontecimientos tomó un rumbo diferente, a pesar de que Estados Unidos había impuesto muchas sanciones para tratar de legitimar a Guaidó, incluido un severo embargo sobre el petróleo venezolano.
Si bien el actual presidente estadounidense, Joe Biden, aún no reconoce oficialmente a Nicolás Maduro como presidente de Venezuela, por considerar amañada la elección de este último en 2018, la crisis del petróleo provocada por la guerra en Ucrania llevó a un acercamiento forzado.
La Casa Blanca envió enviados a Caracas en 2022. Las sanciones contra Venezuela se aliviaron parcialmente luego de un avance en las negociaciones y de permitir en privado al gigante petrolero Chevron operar en el país latinoamericano durante los próximos seis meses.
irina smirnova