Un cambio histórico está a punto de afectar al sector de los combustibles y las consecuencias se sentirán en toda Europa y también en Italia.
La era de las gasolineras tal y como las conocemos puede estar llegando a su fin. Si bien este debate aún está en sus primeras etapas en Italia, otros países europeos ya están comenzando a aceptar un futuro en el que las gasolineras tradicionales podrían convertirse en una cosa del pasado. Está en marcha una transformación silenciosa pero inexorable, impulsada por factores económicos y ambientales que parecen converger hacia decisiones inmediatas y definitivas.
Pero, ¿cuáles son las razones de este punto de inflexión y cómo puede afectar a nuestra vida diaria? Las consecuencias de este cambio pueden ser más profundas de lo que imaginamos y afectar no solo a cómo nos alimentamos, sino también a cómo nos alimentamos. Todo el paisaje urbano y suburbano..
Revolución del distribuidor
El sector de los combustibles está atravesando un período de profunda transformación en muchos países europeos. Tomemos como ejemplo a Bélgica: a pesar de una facturación récord de 12.900 millones de euros en 2022, gracias al aumento de los precios en el surtidor, el futuro parece menos halagüeño. Según las previsiones de ING Research, las inversiones en estaciones de servicio tradicionales serán más rentables Cada vez menos atractivo en los próximos años.
Las razones de este cambio son múltiples. Por un lado, la moratoria sobre la venta de coches de combustión convencionales prevista para 2035 en Europa juega un papel fundamental, aunque el uso del combustible electrónico permitirá que muchos motores de combustión estén en circulación durante las próximas décadas. Por otra parte, se espera que En Holanda los coches de combustión desaparecerán por completo Para 2053, esto conducirá inevitablemente a una disminución en el número de gasolineras.
ING Research estima que en los próximos cinco a diez años aproximadamente La mitad de las gasolineras de los Países Bajos cerrarán. Esto significa que unas 2.000 estaciones de un total de 4.000 dejarán de funcionar. Es probable que las primeras estaciones en desaparecer sean estaciones pequeñas, a menudo de estilo autoservicio, que ofrecen exclusivamente combustible sin servicios adicionales.
En Italia la situación es un poco diferente. Aunque la adopción del vehículo eléctrico es más lenta que en el resto de Europa, nuestro país cuenta con un gran número de distribuidores. En 2021, había aproximadamente 22.600 sistemas activos, incluidos 500 en carreteras. Según ANSA, En Italia hay una gasolinera por cada 1.755 cochesEste es un ratio que indica saturación del mercado.
Incluso si el proceso de electrificación del parque automovilístico italiano continúa a un ritmo más lento, es probable que el propio mercado provoque que esto suceda. – Reducir el número de distribuidores.. Ya en 2019 se hablaba de 6.000 gasolineras “sobrantes” en nuestro país. Por tanto, el cambio hacia la movilidad eléctrica podría acelerar el proceso de racionalización que ya está en marcha, conduciendo al cierre de fábricas menos rentables y a la transformación de las fábricas restantes en centros de movilidad multiservicio del futuro.