Caracas, Venezuela tiene ante sí una ventana de oportunidad para reposicionarse en el mercado petrolero internacional si logra superar los obstáculos políticos y estructurales que han reducido de manera drástica su producción en los últimos años. Así lo advirtió el economista Francisco Monaldi, director del Programa de Energía para América Latina del Baker Institute de la Universidad de Rice, durante el conversatorio “Panorama nacional e internacional del sector petrolero”, organizado por el grupo Ideas para Venezuela y conducido por el ingeniero Elías Matta.
Monaldi recordó que el desplome de la industria petrolera venezolana no comenzó con las sanciones impuestas por Estados Unidos, sino que fue consecuencia de una combinación de problemas internos que incluyeron apagones, dificultades logísticas y la crisis sanitaria del COVID-19. En este contexto, subrayó que en 2020 el precio del crudo venezolano llegó a caer por debajo de los 10 dólares por barril, lo que agravó la situación de una industria ya debilitada.
A pesar de este panorama adverso, el especialista sostuvo que Venezuela conserva un potencial estratégico para el futuro del mercado global. «Si en Venezuela hay un cambio político, se abre una gran oportunidad para incrementar la producción venezolana, porque el mundo entero va a estar pidiendo que fuentes de producción significativas se incorporen a ese escenario», afirmó. Enfatizó además que el país es uno de los pocos productores capaces de lograr un aumento sustancial de la oferta, algo que no figura en los modelos internacionales actuales.
Contexto internacional favorable
En su análisis del escenario global, Monaldi explicó que la Agencia Internacional de Energía (AIE) ha revisado sus previsiones de largo plazo y ahora proyecta que la demanda de crudo continuará creciendo en las próximas décadas. Sin embargo, advirtió que la falta de inversión en exploración y producción durante los últimos años podría impedir que la oferta mundial acompañe ese incremento de consumo. “Este desequilibrio podría generar una escasez de oferta importante, lo que hace que la contribución de Venezuela sea más valiosa”, apuntó.
El experto también mencionó que, pese a la volatilidad de las políticas energéticas de la administración Trump y al despliegue naval y militar estadounidense en el Caribe, las exportaciones de crudo venezolano se han mantenido relativamente estables. “Aún con el escalamiento naval y militar de Estados Unidos en el Caribe, las exportaciones hacia China no se han visto afectadas significativamente”, precisó.
Reformas necesarias
Durante el encuentro, el ingeniero Elías Matta puso sobre la mesa la urgencia de modernizar el marco regulatorio de los hidrocarburos en Venezuela, como paso indispensable para atraer inversiones y recuperar la confianza de los actores internacionales. “Esto abriría la posibilidad a una mayor participación del sector privado en esta industria, un factor que ha sido fundamental en los periodos de aumento de la producción petrolera venezolana. Además, destacó que para lograrlo es esencial contar con estabilidad y seguridad jurídica”, señaló.
Monaldi coincidió en que el interés de las grandes compañías internacionales podría revitalizar la industria venezolana, siempre que existan reglas claras y garantías suficientes para la inversión. Subrayó que, dada la magnitud de las reservas venezolanas, ningún escenario de recuperación energética global puede descartar al país como actor relevante, siempre y cuando se implementen las condiciones adecuadas.
Desafío y oportunidad
La conclusión del debate dejó claro que Venezuela enfrenta un doble desafío: superar la crisis institucional y establecer un entorno propicio para la inversión extranjera. Si bien el camino hacia la recuperación es complejo, las palabras de Monaldi reflejaron una visión de esperanza sustentada en las proyecciones internacionales de demanda y en la capacidad instalada del país.
Con todo, la pregunta central sigue siendo si Venezuela podrá crear el marco político y económico que le permita aprovechar este nuevo ciclo de oportunidades. De lograrlo, podría convertirse nuevamente en un proveedor clave en un mercado global que, según la AIE, continuará requiriendo petróleo en volúmenes crecientes durante las próximas décadas.