Según una nueva teoría, el universo no tuvo principio, sino que ha existido desde siempre. El Big Bang será sólo una evolución de este universo
Siempre hemos estado acostumbrados a la idea de que el Big Bang corresponde al inicio del universo, en sentido cronológico. Pero ¿y si este no es el caso? Si el universo hubiera existido desde siempre y no hubiera habido un comienzo, sino sólo una evolución llamada Big Bang, ¿cómo reaccionarías? Según un estudio realizado por el físico Bruno Pinto de la Universidad de Liverpool, el universo no tuvo un principio, pero se cree que siempre existió y sólo recientemente evolucionó hacia lo que siempre llamamos el Big Bang.
El comienzo del universo no es lo que te dijeron.
Ya os hemos hablado de la gravedad cuántica en un artículo anterior. Éste es quizás el problema más frustrante al que se enfrenta la física moderna. En la práctica, nos enfrentamos a dos teorías muy eficaces sobre el universo: la física cuántica y la relatividad general. El primero describe tres de las cuatro fuerzas fundamentales de la naturaleza (electromagnetismo, fuerza nuclear débil y fuerza nuclear fuerte), si hablamos de cantidades microscópicas. Sin embargo, en la relatividad general, tenemos la descripción más completa de la gravedad jamás vista.
Teoría incompleta
A pesar de sus puntos fuertes, la relatividad general es incompleta. O mejor dicho, es incompatible con la mecánica cuántica. En al menos dos lugares: en el centro del agujero negro y en el comienzo del universo. Estas regiones se denominan «singularidades», que son puntos del espacio-tiempo a los que nuestras leyes de la física no se aplican. Se derrumba porque allí la gravedad se vuelve increíblemente fuerte. Para resolver los misterios de las singularidades, los físicos necesitan una descripción microscópica de la gravedad fuerte, también llamada teoría cuántica de la gravedad (la teoría de cuerdas y la gravedad cuántica de bucles son sólo algunos ejemplos).
Teoría de grupos aleatorios
En todas las teorías físicas actuales, el espacio y el tiempo son continuos. Forman una especie de tejido suave que subyace a nuestra realidad diaria. En tal espacio-tiempo, dos puntos pueden estar lo más cerca posible entre sí y dos eventos pueden ocurrir lo más cerca posible entre sí. Sin embargo, mediante un enfoque diferente, que el profesor Pinto llama “teoría de conjuntos causales”, podemos reimaginar el espacio-tiempo como una serie de partes, o átomos del espacio-tiempo. Tal teoría impondría límites estrictos sobre qué tan cerca pueden estar dos eventos en el espacio y el tiempo, ya que no pueden estar más cerca que el tamaño de este átomo.
Algunos ejemplos del Big Bang
Pongamos un ejemplo: la pantalla en la que estás leyendo este artículo es flexible, compacta y se puede leer brevemente. Pero si intentas acercarte a la pantalla con una lupa, encontrarás que hay demasiados píxeles que dividen el espacio de la pantalla y que será imposible acercar dos imágenes de la pantalla a un píxel. Pero, ¿qué significa todo esto en términos simples?
En la teoría de conjuntos causales, un átomo del espacio-tiempo crece a la vez, lo que hace que el conjunto de puntos en el espacio-tiempo se haga cada vez más grande. Este enfoque nos permite deshacernos claramente del problema de la singularidad del Big Bang, porque según esta teoría no pueden existir singularidades. De hecho, es imposible que la materia se comprima en puntos más pequeños que un átomo del espacio-tiempo. Según Bento, no habría habido un Big Bang en el comienzo del universo, porque en el pasado habría existido algo infinito. En resumen, el universo Siempre estará allí. El Big Bang no sería más que una evolución de este conjunto causal de puntos, no un verdadero comienzo.