A las 20.30 cuando marta vasina Tome la cama que conduce desde el estacionamiento interior del U-Power Stadium en Monza hasta los escalones del Power Coliseum. Ataviada con un vestido largo azul, con bolso a juego, zapatillas blancas, el pelo recogido en una perfecta cola de caballo y maquillaje ligero, viuda de berlusconi Reaparece en público casi dos meses después de la muerte de su amado Silvio. Y no podía haber mejor lugar que el primer trofeo de Berlusconi, dedicado al caballero que hizo la historia de Milán (cartelera infinita, ayer ganada en los penaltis) y Monza (primer ascenso a la Serie A).
Marta se desliza casi subrepticiamente entre las butacas de la zona VIP de la tribuna donde asistirá al partido: cara demacrada, mirada absorta. Hay tantos sentimientos. También hay más de un hilo de tensión, pero se disuelve cuando llega Pierre Silvio. Los dos se besan y se abrazan. Se susurran algo al oído. Solo sonríen ante los malos que hablan de peleas y celos. (…)
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