“Estamos entrando en un nuevo entorno macro en el que están cambiando las fuerzas que han creado una expansión sostenida de la oferta mundial y han permitido que la demanda mundial actúe como amortiguador”. Así lo afirmó la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, hablando en el Congreso Bancario Europeo. «Los efectos de este cambio son inciertos, pero la tarea de la política monetaria no lo es -añadió Lagarde-. El BCE se asegurará de que una fase de alta inflación no alimente las expectativas de inflación, permitiendo que la inflación sea tan alta que se consolide. Actuamos con decisión , aumentando las tasas de interés en 200 puntos base, y esperamos aumentar las tasas aún más a los niveles necesarios para garantizar que la inflación regrese a nuestro objetivo a mediano plazo del 2% a su debido tiempo”.
Con la economía de la eurozona entrando en una nueva fase de alta inflación, “es apropiado que el balance se normalice de manera mesurada y predecible”, dijo Lagarde, refiriéndose a los títulos de la cartera del banco central adquiridos durante los años de expansión cuantitativa. Lagarde destacó que «en diciembre definiremos los principios básicos para reducir la cartera de bonos» manteniendo la flexibilidad en la reinversión y el «escudo» frente al diferencial.
Clara subida de los tipos de interés en el mercado de deuda pública europea tras las palabras del Banco Central Europeo Christine Lagarde: la rentabilidad del BTP a diez años subió más de diez puntos básicos hasta el 4,03% tras dos días por debajo del umbral psicológico de 4%. El diferencial con el Bund alemán, también debido a la subida simultánea del precio del producto de Berlín, se mantiene bastante estable en 194 puntos básicos.
La inflación en la eurozona es muy alta, alcanzando los dos dígitos en octubre por primera vez desde el inicio de la unión monetaria. Dado que es probable que la inflación se mantenga alta durante un período prolongado, debemos seguir de cerca la evolución de las expectativas de inflación. Además, aunque los últimos datos de crecimiento del PIB sorprendieron al alza, el riesgo de recesión se ha incrementado. Al mismo tiempo, la experiencia histórica sugiere que es poco probable que una recesión reduzca significativamente la inflación, al menos a corto plazo. En este contexto, demostrar compromiso con nuestro mandato es fundamental para garantizar que las expectativas de inflación permanezcan ancladas y que no se produzcan efectos secundarios.